Mientras el fútbol de las estrellas consumía un fin de semana más, en un rincón de Gijón, el Roces, de Tercera RFEF, conseguía su primera victoria de la temporada. Rompía así con la pegatina de ser el único equipo de las cinco categorías nacionales que no había ganado. El modesto equipo asturiano esperó hasta la vigésimonovena jornada.
Una semana antes se había certificado su descenso matemático. Esa losa no fue suficiente para entregar el certificado de compromiso. En su campo, el clásico estadio de Covadonga, se anunciaba un Roces-Titánico en la tarde del sábado. El equipo local venció por 1-0, gol de Toni, un estudiante de Ingeniería informática, en la primera mitad.
El entrenador del Roces, Efrén Díaz, psicólogo deportivo, reflexiona sobre una victoria que dejó "mucha alegría. Estábamos rondándola". Hace unas semanas, el entrenador expresaba cómo le impresionaba "el silencio" del vestuario tras las derrotas. El sábado "ya no había silencio ni cabezas bajas. Es otra cosa mirar al vestuario y ver a la gente así, fue una alegría grande".
Da mucha alegría entrar en el vestuario y comprobar que no hay silencio, que no hay cabezas abajo
Tras 29 jornadas, el balance es de una victoria, seis empates y 22 derrotas con 14 goles a favor y 58 en contra. El 1-0 no llegó sin sufrimiento. En el minuto 69 el Roces se quedaba con un jugador menos y en la penúltima jugada "en una contra nos pitaron penalti a favor y lo fallamos", relata Efrén Díaz, algo que dio a la victoria un cariz "muy épico".
"¡Qué alegría dáis!"
Cuando llegó el pitido final del choque, el técnico pensó "buf, esto ya se merecía", se fue a saludar al entrenador rival y luego se puso "a mirar a todos los sitios a ver cómo era la reacción de los jugadores. Había sido un partido de sufrimiento. Cualquiera podía haber ¿ganado. Tuvimos algo de suerte, lo que nos faltó otros días".
El preparador cuenta que su primera frase al llegar al vestuario fue "¡qué alegrías dáis, macho!". No había lugar para un festejo extraordinario porque el descenso, aunque fuera "la crónica de una muerte anunciada", no se puede evaporar.
Efrén Díaz destaca el comportamiento de los rivales del Titánico que mostraron "respeto y nos felicitaron. La verdad es que no hemos notado nunca la falta de educación en los contrarios. No por perder se debe actuar con el rival de una forma inadecuada".
Además, ese 1-0 llegó en una semana difícil tras la tragedia minera de Cerredo. "Ya se sabe lo que significa la minería en Asturias y cómo se siente. Es algo que nos salpicó a todos", afirma Efrén Díaz.
El balón del partido de la victoria no se lo quedó nadie, ese es para entrenar
No había lugar para el coleccionismo o la caza de recuerdos. "El balón del partido no se lo quedó nadie. Ese es para entrenar", cuenta con humor Efrén Díaz, orgulloso de unos jugadores que nunca dejaron de trabajar y que sí pidieron tranquilidad cuando trascendió a escala nacional, tras un reportaje de MARCA, una racha negativa especialmente llamativa.
Ahora, a falta de cinco jornadas, el deseo "es que llegue alguna victoria más", declara el entrenador, que recuerda que ganar un partido "era un reto que nos habíamos puesto". Prueba superada.
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