Con los rescoldos calientes de la escabechina nocturna del pasado miércoles en Madonna di Campiglio y la histórica victoria del búlgaro Albert Popov, el eslalon llevó al Copa del Mundo a uno de los puntos cumbre de la temporada: la pista Chuenisbärgli de Adelboden. Con el ambiente espectacular que allí se genera siempre, la mañana nacía con el liderato de la especialidad en el pecho de uno de casa: el suizo Loic Meillard. El encargado de abrir la prueba fue el alemán Linus Strasse, una mañana que acabó con la bandera sa en lo más alto (Clement Noel), la brasileña en la segunda plaza (Lucas Pinheiro) y la noruega cerrando el podio (Henrik Kristoffersen).
Con el bávaro de Múnich se abrió el sexto eslalon de la temporada, el que lleva la competición a su mitad. Marcada la pista por el equipo italiano, nevando y con la visibilidad complicada niebla, Strasser puso la referencia en 55.18. Esa ya fue una marca para tener en cuenta, porque Clement Noel, candidato al globo, no la pudo mejorar. Sí lo hizo el austriaco Manuel Feller (-0.25), lo que indicaba que la mañana pintaba a apretada.
El siguiente fue Meillard, el primer gran rugido de la grada. Pero la esperanza de ver ganar un suizo en Adelboden, lo que no ocurría desde 2020 (Yule) se fue por el sumidero con un caballito a mitad de carrera. Entregaba la carrera y también el liderato.
La armada noruega se puso en marcha con una mezcla de sensaciones. Kristoffersen llegó a 0.55 de Feller después de una bajada problemática en la que tuvo sustos y reacciones. Marca de la casa. Después salió McGrath, al que en Madonna se le fue la victoria con un error después de marcar el mejor tiempo en la primera manga y salir con más de un segundo sobre Popov para sentenciar. Pero repitió suerte y se quedó fuera en la primera bajada, lo que no le ocurría desde marzo pasado, en Aspen. El trío de aspirantes noruegos lo cerró Haugan, que mejoró a Kristoffersen y se quedó a 0.49. En ellos estaba el corte por debajo del segundo, porque tras ellos la distancia se iba al 1.67 de Dave Ryding. Esa distancia sólo fue rebajada entre los dorsales por encima del 10 por el austriaco Dominik Raschner (0.89).
A la caída de favoritos se sumó el croata Samuel Kolega. Respecto a Madonna di Campiglio, estaban fuera Meillard (segundo), Kolega (tercero), McGrath (ganador de la primera bajada) y Albert Popov, el vencedor, era, de lejos, el peor de los mejores: a 2.16. El castigo de la pista era considerable, lo que hacía pensar que en la segunda manga, marcada por Francia, el vuelco podía ser importante. Y ahí alzó la mano el brasileño Lucas Pinheiro. Con el dorsal 19, el brasileño nacido en Oslo descendió con solidez y se situó a una distancia de Feller (-0.53) que le metía de lleno en la pelea por estar entre los mejores.
Pasado el corte de los aspirantes a ganar, tocaba mirar a los españoles. Los tres (Quim Salarich, Juan del Campo y Aingeru Garay) llegaron abajo, pero lejos de un corte de los 30 mejores que marcó el estadounidense Benjamin Ritchie, a 3.02 de Feller. Como curiosidad, por tercera vez consecutiva el mismo esquiador marcaba el corte en Adelboden.
Resolución con intriga
Con la nieve tomando densidad, la segunda manga tuvo en el veterano francés Victor Muffat-Jeandet el primer crono global reseñable: 1:53.39. Una alegría para un esquiador curtido en mil batallas que esta temporada, la decimotercera en la Copa del Mundo en su carrera, ha decidido centrarse en el eslalon. Su buena bajada y el deterioro de la pista catapultaban al de Aix-les-Bains en la clasificación. Muffat disfrutó su liderato momentáneo como el veterano que sabe que cada prueba es un regalo. Con una sonrisa dejó el sillón de líder cuando el suizo Rochat, para algarabía de la grada, reclamó el lugar reservado al primero.
Cuando se llegó a los diez mejores tiempos de la primera manga, frontera que marcaba Daniel Yule, el liderato de la carrera lo lucía el croata Filip Zubcic (1:53.08). Y ahí se quedó el de Zagreb. Los dos sectores finales marcaban las diferencias, y ahí recuperó terreno el austriaco Fabio Gstrein para ponerse en cabeza. Se entraba ya en terreno serio, el de la victoria en el templo de Adelboden.
La danza de la primera plaza estaba lanzada. El francés Amiez no pudo por muy poco (+0.11). Austria perdió otra de sus balas con la caída de Raschner al irse en un interior. El siguiente era un doble ganador Adelboden: Kristoffersen. El noruego se lanzó enrabietado y tomó el mando con una bajada salvaje. En más de un segundo (1.11) mejoró a Gstrein. Era una candidatura muy seria a la victoria.
Henrik había puesto la carrera en otra pantalla. Pero le duró poco, porque Lucas Pinheiro puso la bandera de Brasil en lo más alto de la clasificación. ¿Estábamos ante un día histórico con una victoria para Sudamérica? El francés Noel, ganador de los dos primeros eslalon de la temporada, se recuperó de un error que parecía dejarlo fuera y se colocó primero por nada: 0.02.
Ya sólo quedaban Strasser y Feller. El bávaro, en una de sus pistas fetiche, se atrancó en el segundo sector y a partir de ahí no pudo más que llegar a meta. Estaba fuera del podio. La palabra era para el ganador de la temporada pasada en Adelboden. Su ventaja, 38 centésimas. La ventaja se le escapaba puerta a puerta, hasta que la presión pudo con él, Otra vez no acabó. La victoria era para Noel, con Pinheiro segundo y Kristoffersen en la tercera plaza.
Alcanzado el ecuador de la temporada el eslalon, el peto rojo queda en posesión de Kristoffersen (375 puntos), con Noel a 35 puntos y Meillard a 50 . En la General, la primera plaza es para Marco Odermatt (630 puntos), con Kristoffersen a 56 y, ya lejos, Meillard a 236. Y mañana, el Gigante, con Odermatt como ídolo local y ganador los tres últimos en Adelboden. Sólo Ingermar Stenmark (de 1979 a 1982) ganó allí cuatro veces seguidas.
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