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Lindsey Vonn desafía a los límites de su cuerpo y de la lógica

Después de cinco años retirada y con una prótesis parcial en la rodilla derecha, la leyenda reaparece en el Supergigante de St. Moritz

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RUBÉN GIMENO
Actualizado

La vida de Lindsey Vonn está cargada de intensidad. En los dos extremos: el de la gloria, victorias récords...; y el del dolor, las caídas, lesiones y entradas a quirófano. Este sábado, atraviesa otra puerta la leyenda del esquí. En St.Morit, en el Supergigante, regresa a la competición después de cinco años retirada.

Lo hace con una rodilla derecha reconstruida de manera parcial a finales del pasado mes de abril. Ya entonces, después de que los doctores Roche y Robot reconstruyera su castigada articulación cambiando hueso por titanio, tenía un plan: "Después de mucho pensar, investigar y hablar con muchos médicos, tomé la decisión de hacerme un reemplazo de rodilla. Tengo una degeneración tricompartimental severa, pero el compartimento principal que me ha dolido es el lateral, o la parte exterior de mi rodilla. Mi médico para muchas de mis operaciones, el Dr. Hackett, y decidimos afrontar una cirugía en julio pasado para tratar de retrasar la prótesis. También para preparar otras partes de mi rodilla para lo inevitable. Sin embargo, llegué al punto en que era demasiado y mi rodilla no podía soportar hacer las cosas que amo hacer".

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RUBÉN GIMENO

Lo que parecía una locura, ahora es una realidad. Camino de los 41 años (18 de octubre de 1984, Saint Paul, Minnesota), Vonn regresa a la Copa del Mundo. "He sentido que aún tengo limón dentro de mí para exprimir", le dijo hace unos días a Roger Federer en una charla sobre deportistas y longevidad.

La vuelta de Lindsey Vonn es en St. Mortiz, en un fin de semana con doble cita de Supergigante para las mujeres. En esa pista sumó cinco de sus 82 victorias en la Copa del Mundo. La última fue hace casi una década: el S-G del 15 de enero de 2015. Sus dos montañas fetiche son Lake Louise (18 victorias) y Cortina d'Ampezzo (12). El retorno a la Copa del Mundo llega 2.159 días después de su última bajada en la competición: el 20 de enero de 2019, en Cortina, donde no acabó el Supergigante. El 10 de febrero de ese año se retiró en los Mundiales de Äre. Y lo hizo con el bronce al cuello: "Ha sido el final perfecto, no quería acabar con el recuerdo de la caída del martes. Me sentí como si me hubiera atropellado un tráiler al caerme en el Supergigante", contaba en lo que se suponía eran sus últimas sensaciones en la alta competición.

Lindsey Vonn, tras ganar en St.Moritz en 2012, junto a Julia Mancuso.
Lindsey Vonn, tras ganar en St.Moritz en 2012, junto a Julia Mancuso.Giovanni Auletta

¿Qué esperar?

Lindesy Vonn volvió a sentir la adrenalina de la velocidad el pasado día 7. El escenario fue en el entrenamiento FIS en Cooper Mountain. De los dos Descensos y dos Supergigantes de esos días salió con los puntos que buscaba para regresar a la Copa del Mundo en St.Mortiz. En las cuatro pruebas llegó a la línea de meta, su objetivo número uno,  y su mejor puesto fue el 19 en el Supergigante, ganado por su compatriota Macuga con Fede Brigone segunda. Aunque sea sólo un detalle sin importancia, en el entrenamiento del Descenso, Vonn acabó con mejor tiempo que la ganadora del globo de la especialidad la pasada temporada, Cornelia Hütter: 1.07.33 por 1.07.53.

Obviamente, nadie espera que Vonn esté cerca en su regreso de las mejores. Pero la velocidad es otro mundo y Lindsey una maestra de la que se puede esperar cualquier cosa. De momento, se lanza a esta aventura con el contador de presión a cero. "Con lo que he hecho en mi carrera, estoy agradecida de poder estar en esta posición. No tengo ninguna presión. Solo somos yo y la montaña, como era al principio", asegura desde la tranquilidad de quien regresa por placer y con un palmarés que impresiona. 82 victorias en Copa del Mundo, cuatro globos de cristal de la General, cinco de S-G, ocho de Descenso, tres de la Combinada, ocho medallas mundiales, de ellas dos de oro, un oro olímpico y dos bronces....

Lindsey Vonn, con su bronce en el Supergigante de los Juegos de  Vancouver 2010.
Lindsey Vonn, con su bronce en el Supergigante de los Juegos de Vancouver 2010.Gero Breloer

Su madre y la ELA

En el tiempo que ha ido desde su retirada en 2019 y el regreso de ahora, Lindsey Vonn ha tenido que afrontar la muerte de su madre, Linda Krohn, con la que tenía una relación muy estrecha. En agosto de 2022, un año después de que le fuese diagnosticada Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). "Falleció pacíficamente mientras sostenía su mano, exactamente un año después de su diagnóstico. Estoy muy agradecida por cada momento que tuve con ella, pero también estoy agradecida de que ya no esté sufriendo y ya esté en paz. Era una luz brillante que nunca se desvanecerá y siempre estaré inspirado por ella", escribió Vonn en sus redes sociales. 

Desde entonces, Lindsey ha querido dar visibilidad a la terrible enfermedad que se llevó a su madre y que la hizo afrontar situaciones que nunca habría imaginado. En pocos meses, Linda se vio en silla de ruedas, con repetidos casos de ahogo, odiando tener que alimentarse con batidos... La relación entre Linda y Lindsey siempre fue especial. Durante el parto que trajo al mundo a la campeona, su madre sufrió un derrame cerebral que le causó secuelas de por vida en la pierna izquierda. Para Vonn siempre fue un ejemplo, más aún tras su último año de vida.

La Lindsey que ahora vuelve a la Copa del Mundo en St.Moritz es distinta por dentro y por fuera a la que se retiró en 2019. Pero la exigencia a sí misma no cambia. Cuesta imaginarla en el podio de nuevo, pero... Si lo logra hará más historia. Porque ninguna mujer ha ganado con más de 34 años, tres meses y 12 días (Fede Brignone); ninguna ha subido al podio con más de 34 años, ocho meses y 25 días (la austriaca Alexandra Meissnitzer)... No parece posible, pero quién se atreve a negarle esa opción a Lindsey Vonn.

"Lo que dice va a misa"

La vuelta al circuito de Vonn ha generado debate. Entre sus rivales, la estadounidense se reencuentra con Sofia Goggia. La italiana, que la tuvo siempre como referente, ha sido la heredera del trono de la velocidad. Vuelve un duelo al que la de Bérgamo da una tono épico y literario: "Mi ídolo es Lindsey. Mi oro olímpico es una locura. ¡Pero haber ganado a Vonn! El oro tiene un valor enorme, pero lo es más por superarla a ella. Te hablo de la tragedia griega, de Héctor y Aquiles. Eran héroes porque en la Guerra de Troya luchaban el uno contra el otro. Eran los mejores. Todos tenían un valor, pero ellos era los héroes, los protagonistas. Y nosotras éramos Lindsey y yo". Esa batalla tiene ahora nuevas citas. "Lo que Lindsey dice va a misa", explicaba Goggia la semana pasada, cuando Vonn hizo de apertura en el Descenso de Beaver Creek y le contaba por teléfono los secretos de la bajada.

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