Al volante del Hilux FCEV: el Toyota 'olímpico' que cambia las baterías por el hidrógeno

La puesta en escena del prototipo Hilux FCEV alimentado por hidrógeno que hemos podido probar vuelve a situar a Toyota a la cabeza de la investigación sobre motorizaciones alternativas. En este caso, utilizando hidrógeno gaseoso para alimentar una pila de combustible que genera electricidad.

El resultado es este pick-up experimental, capaz de recorrer 600 kilómetros en modo eléctrico sólo emitiendo vapor de agua por el escape. Y lo más interesante es que podría pasar a la serie a partir de 2026.

Pila de combustible... y adiós a las baterías

Toyota ha sido pionera en poner en el mercado mundial un vehículo alimentado por hidrógeno: el Mirai. Basado en la tecnología de Fuel Cell o 'Pila de Combustible' alimentada por hidrógeno, es capaz de crear su propia electricidad para mover su motor eléctrico. No hacen falta pesadas baterías ni largo tiempo de recarga. El depósito se llena en apenas tres minutos con H2 en estado gaseoso en cualquier "hidrogenera".

Bien es cierto que éstas no abundan todavía y que -disponer de hidrógeno como de gasolina- aún requerirá una gran ampliación de la red de suministro. Pero ésta crecerá en función de la demanda. Y ya está implantada en focos industriales y de maquinaria pesada (factorías, canteras, puertos y aeropuertos...) donde los vehículos de servicio pueden ser recargados en la propia base, ya que no se alejan demasiado.

Un poco con esta idea, Toyota UK se ha lanzado a desarrollar la versión de hidrógeno del popular pick-up Hilux. La marca posee experiencia en pila de combustible desde 2015 y va camino de su tercera generación (con un 20% más de autonomía), que se prevé sea puesta a la venta en 2026. Esta pila se compone de 330 celdas que convierten energía química en eléctrica a partir del hidrógeno y del oxígeno de la atmósfera, produciendo 650 voltios de corriente.

La electricidad se acumula provisionalmente en una pequeña batería de iones de litio de sólo 4 Ah y se reenvía -en la cantidad necesaria- al motor eléctrico síncrono de imanes permanentes y 134 kW (182 CV) situado en el eje trasero. El hidrógeno ocupa la mayor parte baja del chasis, comprimido en tres grandes depósitos realizados en fibra de carbono y plástico reforzado con fibra de vidrio, que iten 2,6 kilos de gas cada uno. Lo extraordinario es que suministran energía para cubrir hasta 600 kilómetros.

Rodarán en los JJOO de París

Toyota UK, con sede en Derby, ha construido en tiempo récord diez prototipos del Hilux FCEV, cinco para homologación y experimentación y otros cinco para demostraciones prácticas. Estos también entrarán en servicio como vehículos oficiales de los Juegos Olímpicos de París de este verano. Y tuvimos la oportunidad de probarlo comparativamente con la versión diésel del mismo modelo en su terreno natural de trabajo: en una cantera.

El nuevo Hilux FCEV (aún en estado de prototipo) cuenta con una instrumentación sencilla: no necesita más que un botón de arranque y una palanca de "cambio" de vehículo eléctrico, con sus tres posiciones. La única novedad en el salpicadero era un pulsador de emergencia para aislar eléctricamente el coche en caso de cortocircuito. Por lo demás, este Hilux no difiere en bastidor con el modelo de combustión... ¡pero son muy diferentes!

Frente al Hilux térmico, el de pila de combustible es enormemente suave y progresivo de funcionamiento, sin saltos ni brusquedades. Y tiene tanto par (300 Nm) que derrapa si se acelera a fondo. Respecto a aquel tiene un centro de gravedad más bajo, pero más repartido que en uno de batería. No obstante, este vehículo de uso industrial pesa 2,2 toneladas. Pero, en cambio, resulta ágil y -sobre todo- tiene una dirección mucho más ligera (privado del pesado motor diésel delantero).

Toyota sigue investigando en seis tecnologías diferentes para sus automóviles, desde los cien por cien eléctricos a los de combustible sintético, pasando por los híbridos y los de hidrógeno. Será el futuro quien determine cuál de ellas se impondrá. Por el momento, es pionera en el desarrollo de la pila de combustible y el Mirai y el nuevo Hilux FCEV son buena prueba de ello. Son limpios, eléctricos y menos complicados que los de batería. Sólo hace falta que la infraestructura de suministro de hidrógeno se vaya ampliando.