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En 2012 Citroën dejó de fabricar la berlina C6, y ahora la marca de los chevrones vuelve a una categoría en la que triunfó primero con el Citroën 11 (apareció en 1934), después con el ID (1955) más conocido como 'tiburón' y más tarde con el CX (1974). A estos les seguirían los menos exitosos XM (1989) y el mencionado C6 (2005)... Y hasta ahora. El vacío en este segmento volverá a llenarse este otoño, cuando empiecen a circular por las carreteras las primeras unidades del C5 X, un coche que, como aquellos, busca diferenciarse de la oferta conocida.
Basado en la plataforma EMP2, pero con la batalla alargada empleada para las versiones chinas, es difícil encajarlo por su estética. Según Pierre Leclercq, director de diseño de la marca, vendría a ser una mezcla entre una berlina, un break y un SUV inspirado en el concept car CXperience del año 2016. A mí, me recuerda vagamente a un Porsche Panamera Sport Turismo con la carrocería elevada. De hecho, a todo ello responde la denominación X y una altura libre al suelo que está siete centímetros por encima de la de una berlina tradicional del segmento D. Por ejemplo, un Peugeot 508, por no salir de la órbita de Stellantis.
Lo que más le define, la trasera
El coche mide 4,80 metros de largo, 1,86 de ancho y 1,48 de alto, con 2,78 metros de distancia entre ejes. Son unas proporciones que le sitúan en un término medio. Por ejemplo, estaría a caballo entre un BMW Serie 3 y un Serie 5, aunque Vincent Cobee, director mundial de la marca, deja claro que no son una alternativa a los sino que juegan una liga distinta, "la de la audacia y el confort" por ejemplo... Justo es reconocerlo, porque ninguna generalista ha logrado en las últimas décadas hincarle el diente a las alemanas, ni echando el resto como hizo la propia Citroën con el C6.
Más que el frontal, con la firma lumínica en V ya conocida desde el actual C4, la personalidad del Citroën C5 X estriba en sus grandes ruedas (mínimo de 19 pulgadas) que lo separan mucho del suelo, logrando una posición de conducción más elevada; y en el diseño caído de la zaga, con un generoso voladizo. Cuenta con un portón trasero, fórmula habitualmente usada en la casa y que le da mucha practicidad a la hora de cargar el maletero, de formas muy regulares, fácilmente accesible y con 545 litros de capacidad, que se convierten en 1.640 abatiendo los asientos posteriores. Lleva una cortinilla cubre-equipajes solidaria y contará con accionamiento eléctrico gestual, pasando el pie por debajo si vamos con las manos cargadas.
Su aspecto en vivo es curioso; resulta musculoso y con una mezcla de elegancia y distinción juvenil gracias a la combinación de detalles cromados (molduras en el frontal, en el perfil superior de las puertas...) y remates en plástico negro (pasos de rueda, faldones, perfil inferior del parachoques trasero...). Lo mismo encajaría en el parking de un palacio de la ópera que en el aparcamiento de tierra de una casa rural. Y, según el ánimo con el que te levantes, quizá estés tentado a pesar que se trata de una berlina o un SUV, cuando en realidad quizá se trata más de un crossover de estilo coupé.
Hemos podido sentarnos en su interior para comprobar que ofrece una gran comodidad en las plazas delanteras y un espacio notable detrás, y decimos notable y no sobresaliente porque las butacas delanteras tienen un respaldo bastante grueso y porque en general el C5 X no destaca por espacio entre nuestras cabezas y el techo (por algo tiene aspecto de coupé). Cuenta con cristales laminados que hacen más silencioso el interior; una enorme pantalla multifunción de 12 pulgadas de alta definición personalizable que se gestiona como una tablet a base de widgets, y asistente con reconocimiento de voz natural. También permite replicar el contenido del móvil sin necesidad de conexión por cable. Hay carga inalámbrica y cuatro tomas USB de tipo C. Según Cobée, aunque la plataforma lo permitiría, no están previstas versiones de siete asientos.
El entorno digital lo completan la instrumentación, también soportada sobre una pantalla, y el sistema Head Up Display que proyecta información sobre una gran superficie del parabrisas y es un primer paso para la introducción de la realidad aumentada.
Hibrido PHEV de 225 CV y más de 50 km en eléctricos
¿Más detalles del Citroën C5 X? Por supuesto, no pueden faltar los dos grandes protagonistas del programa Advance Comfort. Por un lado, los butacones delanteros, por el otro, la suspensión basada en los amortiguadores hidráulicos progresivos. Sin llegar al nivel de sofisticación de la aclamada suspensión hidroneumática de décadas atrás, ahora introduce una versión gestionada electrónicamente y que permite seleccionar tres modos de trabajo, yendo un paso adelante en la sensación de alfombra voladora que se quiere dar al coche ya que promete una respuesta todavía más sedosa a baja velocidad y una mayor eficacia en curva. La de un C5 Aircross actual, por ejemplo, puede resultar demasiado blanda para muchos conductores.
No obstante, esa opción se ofrecerá solo para la versión híbrida enchufable que coronará la gama al inicio. Se trata de la misma fórmula empleada en coches como el Peugeot 3008, el ya mencionado C5 Aircross o los DS 7 Crossback, con un grupo propulsor gasolina-eléctrico con una potencia conjunta de 225 CV, tracción delantera (no se descarta, porque técnicamente es posible y algunos de esos modelos la ofrecen, una variante 4x4) y una autonomía en modo eléctrico de unos 50 km/h. Con esta propulsión, la velocidad está limitada a 135 km/h.
No al diésel, puede que si a un 100% eléctrico
El resto de la gama lo formarán mecánicas de gasolina, desde 130 hasta 225 caballos a juzgar por la oferta disponible en otros modelos de la ex PSA, con cambios manuales de seis marchas o automáticos de ocho. En cambio, no se contemplan motores diésel ya que el grueso de las compras de coches de este tipo seguirá estando en las flotas y el coste de uso (el famoso TCO) es menos beneficioso en las versiones de gasóleo que en las PHEV. Además, el valor residual de las variantes de gasóleo se ha reducido sustancialmente. En cambio, si las exigencias de CO2 y la demanda lo exigen, no se descarta una versión 100% eléctrica.
De los equipamientos disponibles, poco se sabe más allá del techo panorámico o las numerosas ayudas a la conducción, entre las que destacan el sistema de conducción semiautómona de nivel 2 que mantiene la velocidad respecto a los otros coches y la posición dentro del carril; la alerta de tráfico trasera, el control del ángulo muerto de larga distancia, la cámara de visión exterior 360 o el y puesta en marcha manos libres.
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