- Clasificación Así está la tabla
Se esperaba mucho del 'sterrato' y no defraudó. La novena etapa del Giro de Italia será recordada como una danza entre el polvo y la épica. Desde Gubbio hasta Siena, 181 kilómetros dibujaron una jornada de otra época, con cinco tramos de sterrato que pusieron a prueba no solo las piernas, sino también el alma de los corredores. Toscana, con sus colinas ocres y caminos de tierra blanca, ofreció un decorado perfecto para una batalla sin cuartel que recordó a la Strade Bianche más gloriosa. El UAE de Matxin, junto al vencedor Van Aert, fue el gran triunfador.
La tensión se palpaba en el aire desde el primer kilómetro. El pelotón, sabedor de lo que le esperaba, se adentró con respeto en la jornada. No tardaron en llegar los contratiempos: Primoz Roglic, uno de los grandes aspirantes, besó el suelo en uno de los sectores de tierra. Un pinchazo y varios segundos de duda lo condenaron a perseguir, a remar contracorriente en medio de una polvareda que no perdona.
Mientras tanto, Egan Bernal —renacido, fuerte, sereno— encontró su sitio en cabeza. A su lado, Brandon Rivera, Isaac del Toro y Wout van Aert se encargaron de marcar el ritmo y de endurecer la jornada. El mexicano del UAE fue quien encendió la mecha: su ataque a veinte kilómetros de meta fue el punto de inflexión, el momento en el que la carrera se quebró definitivamente. Van Aert respondió, Bernal resistió con dignidad y Mathias Vacek se coló en la pelea con la determinación de quien quiere cambiar su destino.
Pronto se quedaron solos Del Toro , que ya iba a ser 'maglia', y Van Aert. La llegada a Siena, con la empedrada Via Santa Caterina rugiendo bajo las ruedas y sus rampas del 13% retorciendo los gestos, coronó una jornada de esas que construyen leyendas. La Piazza del Campo, silenciosa por unos segundos, estalló ante la llegada de los 'gallos'. Cuando parecía que el éxito era para Del Toro, Van Aert se llevó la victoria en una 'resurrección' sólo a la altura de los grandes.
Un final inmejorable
Del Toro llevó la locura a México. La nueva 'maglia' es para él. Pero el Giro no entiende de certezas. Roglic, magullado pero no vencido, ya piensa cómo recortar tiempo a sus rivales en la crono del martes. Ayuso, siempre al acecho y ya segundo en la general, sigue apretando los dientes.
Bernal demostró que aún tiene mucho que decir. Italia tiene en Tiberi su esperanza. El polvo ya se ha asentado en las colinas, pero la batalla está lejos de haber terminado. Aún queda mucho Giro.
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