Einer Rubio no hace ruido, pero escala como los ángeles. El colombiano del Movistar Team ha llegado al Giro de Italia 2025 con la ambición intacta, con una preparación meticulosa a sus espaldas y con la certeza de que esta puede ser su gran carrera. “Llegué al Giro muy preparado. Hice un gran trabajo previo tanto yo como el equipo. Espero que las cosas nos salgan bien. Queremos hacer un excelente Giro”, contaba a MARCA en la ‘Grande Partenza’.
Nacido el 22 de febrero de 1998 en Chíquiza (Boyacá), Rubio mide 1,64 metros, pesa 56 kilos y, a sus 27 años, afronta el reto más importante de su trayectoria. En su tercera participación en la Corsa Rosa, quiere dejar atrás el papel de promesa y consolidarse como un hombre de generales. En 2024 ya fue 7º en la general y ahora busca ir más allá.
Rubio fue protagonista en la edición de 2023 con una brillante victoria en Crans Montana. Este año, el objetivo está más claro: pelear la general sin renunciar a una etapa si surge la ocasión. “Iniciaremos hacia la general y luego veremos cómo estamos colocados. Dependiendo de ello, nos moveremos”, explicaba con sensatez. Y de momento, está dentro de la pelea: tras la primera contrarreloj ocupa la 24ª posición, a 1:14 del líder. Una diferencia totalmente salvable teniendo en cuenta que lo más duro está por llegar.
La montaña, su terreno natural
La edición 2025 del Giro está hecha a la medida de escaladores como Rubio. Las etapas clave comienzan con la llegada a Tagliacozzo (Marsia), primer final en alto del recorrido, pero lo realmente decisivo llegará en la última semana, con encadenados alpinos tan exigentes como la subida a San Valentino, el regreso a Bormio por el Stelvio, la etapa reina con final en Champoluc y la durísima jornada de Sestrière en vísperas del cierre en Roma. Subidas largas, de fondo, donde el colombiano suele crecer. “Las dos cronos son duras, pero el año pasado fueron más largas. Al final la última semana es muy dura, así que espero recuperar allí”, reconoce.
Movistar: mezcla de experiencia, juventud y ambición
Este Giro, Movistar ha apostado por un bloque con ADN latino y perfiles diversos. Junto a Rubio están Nairo Quintana, Orluis Aular, Jefferson Cepeda, Davide Formolo, Jon Barrenetxea, Lorenzo Milesi y Albert Torres. “Tengo compañeros que pueden ir bien en cualquier terreno. Debemos movernos bien y batallar en este Giro”, resume Einer a este medio.
El equipo se ha planteado un doble objetivo: brillar en la general con Rubio y cazar alguna etapa con alguno de sus protagonistas: “A Nairo lo veo bien. Creo que se puede llevar una etapa. Ha llegado con buenas sensaciones”, dice con orgullo sobre su compatriota y referente.
Italia, su segundo hogar
Rubio se ha formado en Europa, pero su arraigo en Italia es especial. “Aquí me siento como en casa. Se ha convertido en mi segunda casa después de Colombia. Esta carrera me gusta. Tengo el apoyo de mi gente, de los que me conocen”, confiesa. Su trayectoria hasta llegar aquí no ha sido fugaz ni improvisada.
Fue en el Giro Sub-23 donde despuntó con fuerza, logrando dos victorias de etapa —una en 2018 y otra en 2019— y terminando segundo en la general de esa última edición. Desde entonces, su progresión ha sido constante: en 2021 ya ganó una etapa en la Vuelta a Burgos, en 2023 conquistó el exigente final de Crans Montana en el Giro y se impuso también en el UAE Tour, además de firmar una gran Vuelta a Asturias con triunfo de etapa y un segundo puesto en la general. Ese mismo año completó el podio en la general de la Vuelta a San Juan y fue quinto en la Vuelta a Burgos, confirmando que su regularidad empieza a tener premio.
Colombia y la ilusión por volver a lo más alto
Rubio no rehúye el análisis cuando se habla del ciclismo colombiano. “Últimamente nos ha faltado inversión para los jóvenes, pero creo que Egan se ha recuperado bien. Lo demostró a inicio de temporada y estará fuerte aquí”, afirma, esperanzado con la nueva ola.
El objetivo: dar guerra hasta Roma
Quedan aún 15 etapas por delante, con jornadas para velocistas, trampas en colinas y muros, una crono y sobre todo, varias etapas de alta montaña donde Rubio puede cambiarlo todo. “Movistar, como dice Chente, es un equipo de verano”, bromea antes de ponerse serio: “Ahora en serio, creo que estamos bien. Vamos a intentar dar una buena imagen en las tres grandes”.
En un Giro que se decidirá en las alturas, Rubio tiene la oportunidad de su vida. Sin alardes, sin focos, pero con trabajo, talento y un objetivo claro: llegar a Roma entre los mejores. El camino ha empezado. Y él, sin hacer ruido, ya está dando pasos de gigante.
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