El campeón unificado Sebastián Fundora (22-1-1; 14 KOs) llevaba un año sin pelear, pero no se notó el óxido en sus guantes durante la defensa de los cinturones del WBC (Consejo Mundial de Boxeo) y del WBO (Organización Mundial de Boxeo) del superwelter que protagonizó anoche contra el aspirante oficial Chordale Booker (23-2; 11 KOs).
El púgil nacido en Florida venció por KO Técnico a su adversario en el cuarto asalto. El árbitro Thomas Taylor quiso evitar que Booker siguiera recibiendo el duro castigo al que su rival lo sometió desde el inicio y detuvo las acciones. El aspirante no entrañó mucho peligro y se pasó casi toda la pelea tratando de sobrevivir al empuje de su rival, que encontró en su trabajo incesante la vía para desarmar a Booker. Este comenzó a sangrar por la nariz en el tercer round por los numerosos golpes recibidos y en el cuarto su ritmo ya no era el mismo.
Fundora consolida su estatus en el superwelter, una división en la que los otros campeones actualmente son Bakhram Murtazaliev (IBF) y Terence Crawford (WBA). Se da la curiosa circunstancia de que ahora mismo Fundora es el campeón mundial más alto que hay en el boxeo, pues con su 1,98 supera en estatura a Daniel Dubois (pesado), Noel Mikaelyan (crucero) y Oleksandr Usyk (pesado), que irían detrás de él en este ranking.
“Me encantaría ser la campeón indiscutido, como mi hermana”, dijo Fundora en referencia a su hermana Gabriela, que con 22 años es la reina absoluta del peso mosca femenino. El púgil, agregó: “Quienquiera que me propongan, estaré listo. Quiero al campeón de la IBF, Bakhram Murtazaliev; también a Xander Zayas, que es el retador obligatorio de la WBO; y también quiero a Errol Spence Jr. Tenemos dos cinturones, tenemos que defenderlos, y si alguien está dispuesto a unificarlos, hagámoslo”.
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