Magarios, entrabas y a la derecha estaba el bar, con unos bocadillos de salchichn tres estrellas Micheln y cervecita. Luego te ibas a la izquierda, asientos frente a la mesa, hacia la canasta de entrada a vestuarios. Le quitabas la miga al pan, saludabas a los clsicos, un grupo impenitente de seguidores del Estu y del baloncesto. Mar que jugaba en el Creff, los de la D, que entonces se ponan en el primer piso... Era ms o menos Febrero del 79, la ACB no exista. Partido contra un equipo cataln, sbado, ms o menos las 8 de la tarde, la cosa se decide en el comienzo del segundo tiempo, cambios en los pivots en los minutos de la basura, sale del campo Patas Beltrn, o Pello Cambronero... Entra un chaval larguirucho todo piernas... Uno de los del grupo, dice textualmente: "mirar a este chico que se est saliendo en el junior. Se llama Fernando Martn". Me fij. Camiseta por fuera muy corta, las dos manos hacia el frente cuando corra, zancada muy larga, timidez extrema, proyecto de cuerpo, luego me enter que tena 17 aos... Ese fue mi primer o con Fernando Martn. Y Martn Tello me dijo que meda 1.98

Aito era el entrenador de la seleccin nacional juvenil y se lo lleva a un europeo... que se juega en Damasco, capital de Siria. Plantean juego libre en ataque y en defensa, "zona 2-1-2". Martn se acerca a Aito y le dice, "oye, qu es eso de 2-1-2?"

Fernando jugaba a todo en el colegio, pero principalmente balonmano, lo que pasa es que con 1.98 para 17 aos, la gente del basket se lo rifaba, de ah el salto a la seleccin juvenil sin conocer todava el juego a fondo.

El ao siguiente fue el comienzo de la leyenda. Fsicamente ensanch, un portento de la naturaleza. Tcnicamente no he visto a nadie como l, transformarse partido a partido en un huracn que saltaba todas las barreras. Se puso en 2.02, que entonces era la pera, empez a jugar de cinco, aunque poda hacerlo de cuatro. Disputaba el rebote con una conviccin y una garra, potencia fsica... "Pero si es un cro, cmo puede hacer eso", se preguntaba todo el mundo. Pues lo haca. La gente iba a verle a Magarios transfigurada, Chus Codina le explicaba algo y se quedaba parado a la mitad porque Fernando le haba captado en segundos. la mirada directa, concentrada, aquella mandbula cuasi Kirk Douglas... Emanaba un carisma excepcional. Guapo, fuerte, seguro, entregado hasta la extenuacin, lder absoluto del equipo desde el minuto 1 de la temporada... El quinteto se lo saba todo Madrid de carrerilla: Vicente, Sapo, Del Corral, Slab Jones, Fernando Martn. Quedaron subcampeones de liga y al ao siguiente ya estaba jugando en el Madrid.Tard veinte segundos en meterse en el bolsillo a los Iturriaga y compaa y convertirse en el dueo de sus almas. Haba un fuego interior all dentro al que nadie poda acceder, un inconformismo... Ganar era lo ms normal y por lo tanto lo reciba con tranquilidad, frialdad casi. Perder no estaba en los libros y por eso, lo mejor que le pudo pasar a la atormentada alma baloncestista de Fernando, fu que llegase Norris. Eran casi diez kilos ms de msculo, unos fundamentos extraordinarios... Era tan bueno que solo una lesin de rodilla le habia impedido triunfar en los Trailblazers... Qu ironas, no? Los Trailblazers, el equipo al que luego ira Fernando...

Uno miraba los nmeros, el peso, la estatura, la estampa de aquel Apolo llamado Norris y luego los de aquel Aquiles llamado Fernando Martn y pareca que no haba nada que hacer. Norris era demasiado potente. Lo que pasa es que el enfrentamiento no se plante en esos trminos nunca. Norris crey que era deportivo y contra un jugador de baloncesto y se equivoc. El enfrentamiento era por la supervivencia fsica y Fernando estaba dispuesto a morir. As, sencillamente. A dejarse la piel en el intento. As, por primera vez tuvimos la oportunidad de entrever ese lado oscuro de Fernando, sus demonios interiores, su nula capacidad para itir derrota como opcin. Creo firmemente que slo una persona entendi la muy compleja vida interior de Fernando Martn y esa persona fue su madre, Carmela.

Sin Fernando Martn, Norris no sera la leyenda que es en el baloncesto espaol y sin Norris, Fernando no habra crecido tanto como para plantearse ir a la NBA. Fijaros, Fernando hace legendario a otro jugador, simplemente por el hecho de enfrentarse a l. Enfrentarse en el sentido ms directo del trmino.

Aquiles no conoce la derrota, es invencible, pero tiene un problema. El taln. Fernando llega a Los Angeles '84 con aquella seleccin irrepetible de la que es dueo absoluto. El seleccionador Diaz-Miguel, hace tiempo que sabe que a Fernando le tiene que tratar como a un igual, claro. Fernando contempla el panorama del baloncesto USA y se da cuenta de que tiene un objetivo. Escalar aquel muro. El Mundial de Espaa del 86 le pilla ya con la cabeza en lo otro. En trminos estrictos, la cosa sucede as:

Al Menndez, manager general de los New Jersey Nets, busca un buen sustituto para su ala-pivot estrella, Buck Williams y elige en el draft a Fernando. Luego permuta los derechos de Fernando a Portland y all que se va Fernando, a Portland, Oregn, segunda ciudad donde ms llueve de todo EEUU tras Seattle, en el vrtice de la confluencia de dos ros gigantescos, el Willamette y el Columbia, con el baloncesto como deporte estrella en la ciudad, campeones en el 76 con un pivot llamado Bill Walton, con su pelo largo y cinta, un hippy total. De aquel equipo no queda nada diez aos despues y adems hay un entrenador nuevo llamado Mike Schuler, que le va a hacer la vida muuuyyyy difcil a Fernando. Schuler tiene que combatir la muy alargada sombra de su antecesor, Jack Ramsay y por tanto no est dispuesto a jugrsela con ningn novato. Por su parte Fernando tiene que enfrentarse a tres situaciones complejsimas:

1) Su fsico, no es suficiente para las posiciones de dentro y le quieren hacer jugar de tres, de cara a la canasta. Fernando no ha jugado de cara en la vida. Anmicamente tiene que hacer frente adems al hecho de que su principal herramienta al servicio de su mentalidad, su capacidad fsica, no es nada del otro mundo en el muy poderoso mundo de la NBA.

2) Fernando no ha tirado de media distancia nunca. No puede jugar de tres.

3) Fernando est solo en Portland. Pero est solo fsica y espiritualmente. Nadie entiende su juego, su filosofa. Tienen prejuicios y consideran que al no haber estado en una universidad americana, es imposible que entienda el juego, su juego, el juego que inventaron ellos.

Llegan partidos de Fernando a tve y me llaman para verlos y comentarlos. Es dos aos antes de que surja "Cerca de las estrellas", as que aqu, lo que hace Fernando all transcurre en el ms completo de los anonimatos. No he sufrido tanto, nunca. Fernando es un tigre enjaulado cuyo lenguaje corporal en los escasos minutos que sale es de un desprecio absoluto hacia el ambiente, los entrenadores... Se puede contemplar su expresin seria, casi respetuosa en contraste con posturas de cuerpo y brazos que lanzan un mensaje claro, rotundo: "que te den, que te den, QUE TE DEN".

El siguiente momento de o intenso que tengo con Fernando transcurre en el tiempo de su vuelta y reincorporacin al Real Madrid. Son largusimas conversaciones telefnicas con l y con su hermano Antonio, a la sazn en la Universidad de Pepperdine. Fernando quiere hablar con alguien que conozca cmo funciona aquello. Veris, Fernando est en una situacin terrible. Ha vuelto cambiado, muy cambiado. Desprecia lo que han hecho con l en la NBA, pero al mismo tiempo ha visto como funcionan algunas cosas y de vuelta a Madrid se da cuenta de que aqu todo est muy atrasado. Est en mitad de un puente entre lo que puede ser y lo que no ha sido. Su inquietud interna es grande, muy grande. Creo que incluso podemos hablar de dolor, ms que de inquietud. Hay una parte de l que no est aqu. Como si una parte de su cabeza no hubiese vuelto a Madrid. Por un lado, es como uno de esos prisioneros de guerra que despues de aos vuelven a casa y sus familiares ms cercanos no les reconocen, al tiempo que constatan lo poco que el de ahora tiene que ver con el que se fu. Por otro, cada vez usa ms un trmino, "T no entiendes", referido a como es la realidad del mundo del deporte superprofesional que se ha encontrado all. No consegu nunca que se acercase a "Cerca de las estrellas". Hablaba conmigo por telfono, pero nada de venir al programa.

Kolonaki, Atenas, quedan unas horas para que el Madrid y Snaidero de Caserta jueguen la final de la Recopa. Terraza de cafetera, me estoy tomando un cafelito con Carmela, la madre de Fernando. Siguiendo una tradicin implantada por Saporta, el Real Madrid ha trasladado a Atenas a todos los familiares de los jugadores. Carmela me tiene afecto porque "siempre has tratado a Fernando como a un ser humano adulto". Me cuenta que su hijo est permanentemente insatisfecho, como si el baloncesto se le hubiese quedado pequeo, "pero no se nota dentro de la cancha... Dentro de la cancha sigue siendo Sansn..." y yo"Sansn, no, Carmela, Aquiles". Difcilmente olvidar aquella conversacin. Podamos perder a Fernando... Era el terror vacui total. El baloncesto espaol no poda... Fue el da de los 65 puntos de Drazen. Snaidero con Gentile, Exposito, Del Agnello, un tal Oscar S. Becerra... Fernando con un espadadrapo cubriendole la zona entre el pulgar y la mano derecha, con la mano tan mal que si hubiese sido otro partido no hubiese jugado... No estuve en el viaje de vuelta porque tenia rugby en Francia y all que me fui, pero nada ms llegar a Pars me llamaron y contaron.

3 de Diciembre, 1989.- Cuatro de la tarde. Suena el telfono de mi casa. Es Maria Antonia Martinez que est trabajando en la redaccin del pirul. Me dice que ha habido un accidente y que Fernando ha muerto. A quinientos metros del Pirul, en la confluencia de la nacional 2 con la M-30.- Me pongo a llorar. Hablo con Paco Torres, director de Gigantes. Me voy corriendo a la tele. De paso, recuerdo que el Madrid va a jugar... Iba a jugar en el palacio de deportes que est a doscientos metros del pirul...

Veinte aos despues, seguimos sin entenderlo. Tan grande, la figura de Fernando... Tena solo 27 aos y pareca que lo habia visto todo, vivido todo. Empezando hoy y siguiendo maana, leeris docenas de cosas, veris, oiris y sin embargo es tan difcil explicar...

Nadie ha vuelto a llevar el nmero 10 en el Real Madrid.

Es natural, nadie ser nunca como Fernando Martn. Vindole jugar, el baloncesto no era slo un partido. Era la intensidad. Era la INTENSIDAD. Los mensajes te llegaban directos, sobrios. "Oye, que yo no juego a esto para entretenerte o divertirte. Yo juego a esto porque me juego en esto. Y me lo juego todo" Ver a Fernando Martin era peligroso, corras el peligro de ser absorbido por la intensidad, la dedicacin, la pasin...

Yo, no puedo. Gamoneda, habla tu...

S PACIENTE EN TUS UAS, AH CADVER QUE DUERMES ESTA NOCHE EN PRPADOS, TEN SALUD, TEN PIEDAD;

AH, S HBIL, HABITA SUAVEMENTE LA SOMBRA,

CALLA EN MIS LABIOS, ENTRA EN MIS ANILLOS