Esta próxima madrugada (2.00 h) los Knicks intentarán derrotar a los Celtics (2-3) y certificar ante su público la clasificación para las Finales de la Conferencia Este, algo que no logran desde hace 25 años cuando el equipo liderado por Latrell Sprewell, Allan Houston y Kurt Thomas, en el que también jugaban Mark Jackson, Glen Rice, Larry Johnson o Marcus Camby, entre otros, las alcanzó tras barrer a los Raptors en primera ronda (3-0) y ganar a los Heat en segunda (4-3).
Su aventura terminó en esas Finales de Conferencia tras ser derrotados por los Pacers (4-1). Los jóvenes que vibraron entonces con esa gesta, ahora ya aficionados maduros, con hijos y algunos incluso con nietos, sueñan con revivir como mínimo ese hito, Y como entonces, les esperarían los Pacers en esas Finales del Este. Más morbo imposible.
Lleno asegurado... con precios astronómicos
Es entendible que la locura se haya desatado en Nueva York. Nadie se quiere perder este sexto partido de la serie que acogerá el emblemático Madison Square Garden, pero sólo lo podrán hacer los aficionados más pudientes. Esa fiebre, como era de espera, se ha trasladado a las taquillas y los precios para ver el encuentro son astronómicos y van desde los 726 dólares la localidad más barata, por decir algo, a los 14.520 que cuesta un asiento a pie de pista.
Nadie duda, pese a eso, que el Garden registrará un lleno total. Los Knicks, tras eliminar a los Pistons en primera ronda (4-2), han puesto a los Celtics, el segundo mejor equipo de la temporada regular (61-21) al borde del precipicio. Y sólo necesitan un pequeño empujón para lograrlo, algo factible teniendo en cuenta que la estrella de Boston, Jayson Tatum, se despidió de la temporada en el cuarto partido tras romperse el Aquiles.
El orgullo de los verdes
Sin embargo en el quinto partido los Celtics, pese a la baja de Tatum, al renqueante Kristaps Porzingis, a un Sam Ha que reaparecía tras sus problemas de tobillo y a un Jrue Holiday por debajo de su nivel tras su lesión, tiraron de su mítico orgullo, de Jaylen Brown, de Derrick White y de un sorprendente Luke Kornet para alargar la serie en el TD Garden (127-102).
Los Knicks deben aprovechar todos esos déficits de su rival para certificar su clasificación. Más cerca no lo van a tener, y saben que jugársela en un séptimo partido en Boston, donde los Celtics siempre se crecen por muy grande que sean las adversidades, podría ser fatal para sus intereses.
¿Ahora o nunca?
Es momento de que los Jalen Brunson, Karl-Anthony Towns, Josh Hart, Mikal Bridges, OG Anunoby y compañía recuperen el nivel que estaban demostrando antes del quinto partido y sentencien una serie que les acercaría aún más a la gloria y nunca olvidarían los afortunados que compren una localidad para verlo en directo en la cancha.
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