Mario Saint-Supery (Málaga, 2006) es uno de los jóvenes llamados a marcar el futuro de la selección. En la pista, talento y físico; fuera de ella, madurez y cabeza bien amueblada. 'El Principito', como se le conoce por su apellido, será uno de los protagonistas en el cierre de las Ventanas FIBA este domingo ante Bélgica en León (TDP, 17.00 horas). Nada en juego, pues los dos combinados están ya clasificados para el Eurobasket.
Pregunta. ¿Cuál es su primer recuerdo de la selección?
Respuesta. A lo mejor no es el primero, pero se me viene a la cabeza el mítico partido de Francia-España, el de los 40 puntos de Pau [Gasol]. Tengo la imagen ahí, estar con mi padre, pintados de España.
P. Ahora es usted el que está en la selección. ¿Es como se lo habían contado?
P. Cuando empecé a subir con el primer equipo de Unicaja, Alberto Díaz y Darío Brizuela me contaban algunas cosas. Aquí, todo el mundo te apoya muchísimo desde el primer momento. No hay diferencia entre ninguno y está muy bien. No es como me lo esperaba porque me esperaba un ambiente súper serio, en el que no se hacen bromas y todo el rato estás concentrado. Pero es un ambiente, como su propio nombre indica, familiar, de La Familia. Tenemos momentos en los entrenamientos en los que estamos muy concentrados y serios, porque toca, pero después en el hotel estamos tranquilos y jugamos a la pocha. Está muy bien.
P. ¿Ya le han metido en la pocha? ¿Tan pronto?
R. En esta concentración ya he aprendido.
P. ¿Y se le da bien?
R. Bueno, he ganado una pero he perdido un par.
P. ¿Ya no hay nervios como en la primera convocatoria?
R. Esta segunda vez ya vine mucho más tranquilo, con las cosas más claras de lo que necesitaba la selección de mí y a disfrutar.
Hay expectativas con nosotros los jóvenes, pero lo que tenemos que hacer es trabajar, seguir currando poco a poco y ya veremos a lo que llega cada uno
P. Almansa, Hugo González, De Larrea, usted... El futuro de la selección parece prometedor, ¿no?
R. Esas son las expectativas que tiene todo el mundo con nosotros los jóvenes. Yo creo que eso está muy bien pensarlo y escucharlo, pero es el ruido de fondo que puede hacer incluso que nos descentremos. Lo que tenemos que hacer es trabajar, seguir currando poco a poco y ya veremos a lo que llega cada uno.
P. Les queda mucho para aprender y en el aprendizaje a veces hay derrotas como la del otro día en Letonia...
R. Sí, por supuesto. Eso es lo que toca. Esta concentración se aprovecha un poco para ir metiéndonos poco a poco y que veamos cómo es la selección y dándonos algo más de responsabilidad. Toca aprender a sufrir también.
P. La cosa está complicada, pero complete la frase: "Ir al Eurobasket sería...".
R. Inimaginable. No te voy a decir que es un sueño porque es lo normal, lo que todo el mundo te diría, pero sería algo impensable. Me llenaría de orgullo, pero yo no pienso en eso ahora mismo.
P. ¿Cómo empezó a jugar?
R. Mi madre jugaba en el instituto y mi padre empezó a jugar a los 16 años, pero es un friki, le encanta el baloncesto. Desde pequeñito, siempre tuve un balón en las manos. Ya con dos ó tres años estaba con un balón chiquitito tirandome a una canasta pequeñita. Con cuatro empecé en un equipo.
P. ¿Quiénes han sido sus ídolos?
R. Yo soy en Málaga y allí he crecido viendo a Alberto Díaz. Para mí, es un referente y siempre va a serlo. Saliendo de ahí, te diría que a nivel nacional quizás siempre me he fijado un poco en Llull y su estilo de juego porque creo que se parece un poco al mío. Y a nivel mundial, pues siempre he tenido los típicos, Antetokounmpo, Curry..., los que tienen todos los niños.
No sé si la próxima temporada estaré en el Unicaja o cedido. No he hablado de eso ni con mis padres ni con mi agente
P. Eliminado su BAXI Manresa en cuartos, ¿disfrutó la Copa con el Unicaja?
R. Ya ves. Después de nuestro partido contra el Madrid, aproveché y me quedé un par de días con mi familia y vi todos los partidos. La verdad es que estuvo genial porque al final, lo que te he dicho antes, yo soy malagueño y todo lo bueno que le pase a Málaga yo me voy a alegrar. Sigo teniendo contrato con el Unicaja y, como aficionado, siempre voy a estar.
P. ¿Dónde se ve la próxima temporada? ¿Le importaría ir cedido otra vez o cree que ya le toca estar con el Unicaja?
R. Todavía queda bastante y ahora mismo no he hablado de eso ni con mis padres ni con mi agente. Lo estoy dejando un poco porque tengo que centrarme ahora en ayudar al equipo a competir al máximo. Estamos muy bien y en verano ya se verá qué pasa el año que viene. No hay prisa.
P. ¿Cómo es su relación con Diego Ocampo? Ya estuvieron juntos la temporada pasada y es una especie de mentor para usted.
R. Es algo así, sí. No sólo es un entrenador de baloncesto, sino que es un entrenador de la vida. El año pasado confió en mí sin haber tenido casi minutos en baloncesto profesional. Es algo que yo valoro mucho y, desde esa confianza, el trato personal que tenemos es muy bueno. El año pasado fue todo muy bien y este año también está yendo bastante bien. Yo estoy muy contento con él y espero que él esté contento conmigo también.
P. ¿Tuvo claro que no quería ir a la NCAA como han hecho otros jóvenes españoles?
R. Hace años mi objetivo era irme a Estados Unidos porque es flipante lo que se vive allí. Es una experiencia muy chula y no sólo a nivel baloncesto, sino a nivel estudios. Te da una carrera. Pero cuando empecé a entrenar con el primer equipo del Unicaja dejé esa idea un poco de lado.
P. ¿Y el inglés cómo lo lleva? Lo digo por si en el futuro se acaba yendo a Estados Unidos...
R. Antes de irme al Tizona lo mejoré bastante porque en Unicaja hay muchos americanos. En Burgos sólo había un par de americanos, dejé de hablarlo tanto y se me fue un poquillo. Este año lo estoy volviendo a recuperar. Me defiendo bien.
Si me centro en escuchar lo que se dice y me lo creo, no va a ser bueno para mí. Mi psicóloga, mi familia, mis agentes y mis amigos me hacen tener los pies en el suelo
P. Porque la NBA está en el horizonte, ¿no?
R. Si lo del Eurobasket y el año que viene ya se ve lejos, imagina la NBA. Ni te cuento. Obviamente, es un sueño de todo jugador. Es la mejor Liga del mundo, pero pueden pasar muchas cosas.
P. ¿Cómo se aísla de todo lo bueno que se dice de usted?
R. Son cosas que generan muchísimo ruido: "¿Qué va a pasar con él? ¿Qué va a hacer?". Yo tengo que llegar a ser el mejor jugador que pueda. Si me centro en escuchar lo que dice la gente y me lo creo, no va a ser bueno para mí. Una vez a la semana hablo con una psicóloga y me ayuda mucho aparte de mi familia, mis agentes y mis amigos. Ellos me hacen tener los pies en el suelo. Es importante mantener la humildad y saber de dónde vienes.
P. Por lo que pueda pasar, está estudiando.
R. Sí, ahora mismo estoy haciendo ADE en la Universidad Online de La Rioja. Justo después de la selección tengo los exámenes de la primera convocatoria. A ver qué tal.
P. Cuesta compatibilizar los estudios con el baloncesto profesional: entrenamientos, partidos de Liga Endesa, de Champions League, de selección...
R. Hay tiempo porque entrenamos por las mañanas y por la tarde normalmente tenemos libre. Menos algún día que hacemos algún individual o pesas, estoy bien de tiempo.
Me gusta lo de 'El Principito'. Es chulo. Se cree que el autor era el tío de mi abuelo
P. No podemos acabar sin hablar de su apellido. ¿Tiene algo que ver con el escritor Antoine de Saint-Exupéry o no?
R. A ver, yo tengo el apellido de mi madre. Siempre me han dicho que sí, que es familia mía, pero no hay nada que lo demuestre porque no se ha encontrado nada al cien por cien. Se cree que era el tío de mi abuelo. Y a mí se me ha quedado que me llamen 'El Principito'. Está bien. Me gusta, es chulo y fácil.
P. Y se habrá leído el libro, ¿no?
R. ¡Claro! Un par de veces.
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