Tras separarse de Adamari López en 2009, Luis Fonsi empezó a salir con la modelo española Águeda López dos años después de aquella decisión. Los dos, en 2011, se convirtieron en padres con el nacimiento de la pequeña Mikaela. En 2014, la pareja se dio el ‘sí, quiero’ en una ceremonia que tuvo lugar en California (Estados Unidos). Ya en 2016 dieron la bienvenida a su segundo hijo, Rocco.
Desde entonces, su vínculo amoroso se ha ido afianzando y reforzando. De esto y de otros temas ha hablado Águeda López en su visita a ‘Y ahora Sonsoles’, el espacio de las tardes de Antena 3 presentado por Sonsoles Ónega. La modelo confesó que, antes de formar familia con el artista, vivió una infancia muy dura.
La que fuera Miss Toledo y participara en Miss España en 2020 ha contado cómo superó aquellos duros momentos y cómo llegó a convertirse en una modelo de fama mundial: “Me refugié en ese sueño porque de pequeña me hacían mucho bullying. No sé por qué. No creo que exista un motivo o una excusa válida para acosar o hacerle bullying a un niño. Quizás ellos sintieron que no encajaba. No tenía los mismos sueños que ellos ni la misma forma de jugar. Y cuando alguien no encaja, de alguna forma, crea rechazo”.
La modelo y esposa de Luis Fonsi ha explicado a Sonsoles Ónega cómo intentaba llevar lo que le hacían de pequeña: “Siempre digo que hay dos maneras de sobrellevar ese rechazo: o cambias tú e intentas adaptarte o aislarte. Yo me aislé. Regresaba de la escuela, me encerraba, me ponía a escuchar música y me ponía a soñar en lo que quería hacer”.
Águeda López, sobre el bullying: “No había una forma de ponerle nombre a eso antes”
Sobre lo que le hacían, la modelo ha indicado que podían ser “insultos verbales, algunas maldades, trataban de ridiculizarme hasta que ya pasan a la agresión física, que es cuando realmente sentí el dolor. (...) Cuando ya sientes esas palabras en la piel es algo diferente”.
También ha explicado cómo se vivían esos episodios cuando ella era pequeña: “Por aquel entonces no existía la palabra ‘bullying’, no había una forma de ponerle nombre a eso. Siempre eran cosas de niños. Era otro tipo de educación, eran otros tiempos. (...) Hasta que tuve por lo menos 25-26 años no fui realmente consciente de que me habían hecho bullying”.
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