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Titán, una de las lunas de Saturno, se ha convertido en objeto de estudio por parte de la NASA, que ya ha lanzado una misión a través del su helicóptero Dragonfly. Por el momento, lo que describen en su propia web es que el lugar es muy similar al aspecto que presenta la Tierra, con nubes en el cielo, ríos, lagos y mares que fluyen, entre otras cosas.
Sin embargo, esto se produce a -140 grados, donde las arenas de las dunas no son granos de silicato, sino materia orgánica, los ríos contienen metano y etano líquidos, no agua, y es que Titán es un mundo gélido. Ahora, a través de Dragonfly, que será lanzado en 2028, se podrá investigar más a fondo este lugar.
“Dragonfly no es una misión para detectar vida, sino para investigar la química que precedió a la biología aquí en la Tierra. En Titán, podemos explorar los procesos químicos que pudieron haber dado lugar a la vida en la Tierra sin que la vida complique el panorama”, explicó Zibi Turtle, investigador principal de Dragonfly y científico planetario del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins en Laurel, Maryland.
“En la Tierra, la vida ha transformado casi todo, enterrando sus precursores químicos bajo eones de evolución. Incluso los microbios actuales dependen de un sinfín de reacciones para sobrevivir. Hay que haber pasado de la química simple a la compleja antes de pasar a la biología, pero no conocemos todos los pasos. Titán nos permite descubrir algunos de ellos”, prosiguió diciendo.
La importancia del cráter Selk
Uno de los puntos clave de la misión es el cráter de Selk, que se encontrará a unos 80 kilómetros de distancia de donde aterrizará el helicóptero de la NASA. Este lugar está cubierto de materia orgánica, además se cree que pudo haber tenido agua líquida en algún periodo.
“Es esencialmente un experimento químico de larga duración”, apuntó Sarah Hörst, química atmosférica de la Universidad Johns Hopkins y coinvestigadora del equipo científico de Dragonfly. “Por eso Titán es tan emocionante. Es una versión natural de nuestros experimentos sobre el origen de la vida, solo que lleva mucho más tiempo en marcha y a escala planetaria”, señaló.
“No sabemos si la vida en la Tierra tardó tanto porque las condiciones debían estabilizarse o porque la química misma necesitaba tiempo. Pero los modelos muestran que si se arrojan los compuestos orgánicos de Titán al agua, decenas de miles de años son tiempo suficiente para que se desarrolle la química”, prosiguió explicando.
Por su parte, Morgan Cable, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California y coinvestigador de Dragonfly, destacó: “No buscamos moléculas exactas, sino patrones que sugieran complejidad. No sabremos cuán fácil o difícil es que ocurran estos pasos químicos si no vamos, así que tenemos que ir a observar. Eso es lo divertido de ir a un mundo como Titán. Somos como detectives con nuestras lupas, observándolo todo y preguntándonos qué es esto”, sentenció.
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