Un grupo de paleontólogos ha descubierto recientemente un conjunto de huellas de osos cavernarios en la cueva de Honseca, ubicada en la provincia de Palencia. Un estudio, publicado en la revista Ichnos, en el que se determina la presencia de este tipo de animales que vivieron en Europa y Asia en el Pleistoceno. Su extinción se produjo hace 24.000 años.
De la misma familia que los osos pardos y polares de la actualidad, estos úrsidos eran animales más grandes, ya que podían llegar a medir 3,5 metros de largo y pesar entre 225 y 500 kilos. “Las huellas de oso de las cavernas no son infrecuentes en los sedimentos blandos de las cuevas de la Península Ibérica y muchos espeleólogos están familiarizados con su presencia”, destaca la doctora Ana Mateos, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
Además, la experta asegura que, hasta ahora, “estas huellas fósiles no habían sido objeto de investigaciones sistemáticas” debido a que “hasta la fecha sólo se había realizado un estudio de este tipo en la cueva de Urşilor, en Rumanía”. En total, se han encontrado 16 huellas de oso cavernario, en el primer registro de esta especie en la Península Ibérica.
Algunas de las huellas fueron destruidas por las pisadas de aficionados
“Hemos realizado un barrido de la superficie con las huellas y su entorno inmediato con un escáner láser que crea una nube tridimensional de millones de puntos y la hemos combinado con un modelo obtenido por fotogrametría”, detalla el doctor Adrián Martínez.
En la misma línea, este técnico apunta que “este modelo ha servido para tomar diferentes medidas de las huellas y compararlas con las de otras cuevas de Europa, como la rumana de Urşilor”. Por su parte, el doctor Jesús Rodríguez lamenta que “algunas de las huellas fueron destruidas por las pisadas de aficionados que visitaron el interior de la cueva sin precaución antes de que los científicos supieran de su existencia”.
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