La cueva que reescribe la historia de la humanidad en el sur de España: se encuentra en Málaga y en su interior vivieron los últimos neandertales

España es uno de los países más visitados del mundo, algo que puede dividirse en diferentes circunstancias. Sin lugar a dudas, una de ellas es el gran patrimonio histórico que contiene a lo largo de todo su territorio, el cual se encuentra en muchísimas ocasiones en un estado de conservación magnífico, lo cual hace que podamos sentir y ver con nuestros propios ojos cómo era la vida de civilizaciones pasadas en la península.

Además, son varias las civilizaciones que han dejado su huella de una manera u otra en el territorio español. En la provincia de Málaga, concretamente en un paso natural que se encuentra en la Sierra de Alhama, está la cueva del Boquete de Zafarraya.

Dicho lugar se trata de una cavidad no muy grande que pudo servir a lo largo de la historia de la humanidad como un refugio estacional, y no permanente. Sin embargo, lo más llamativo es desde cuándo han podido establecerse en dicha cavidad, ya que según las investigaciones ha sido un asentamiento de neandertales que dedicaban su vida a la caza hace ya 40.000 años.

Cabe destacar que la cueva se encuentra en una zona de acantilado, a una altura de, nada más y nada menos, 1.022 metros. Asimismo, se han realizado varias jornadas de excavaciones, siendo la más importante en la que se encontraron una mandíbula, la cual estaba en un estado de conservación perfecto, y un fémur.

Los hallazgos confirmaron los actos de canibalismo de los neandertales

Estos descubrimientos fueron de lo más llamativos para los investigadores, ya que confirmaron las prácticas de canibalismo que realizaban los neandertales. Además, se certificó que dichos restos óseos podrían pertenecer a dos individuos de unos 25 y 30 años.

Las investigaciones posteriores finalizaron con el hallazgo, en total, de nueve individuos neandertales. Todos esos restos se encuentran en la actualidad expuestos en el Museo Arqueológico de Málaga. Por último, dada la importancia que tiene este descubrimiento arqueológico, obtuvo una protección especial, siendo declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1996.