El patrimonio cultural con el que cuenta el extenso territorio nacional convierte a España en uno de los lugares más destacados a nivel turístico. En un país en el que diferentes culturas han pasado a lo largo de los siglos, Castilla y León es una región en la que encontramos monumentos y puntos muy destacados.
En la localidad zamorana de Benavente se levantó el Castillo de la Mota. Una edificación que Alfonso Pimentel recibió de manos del rey Enrique III en 1398. En ese momento, se convirtió en conde de Benavente. Rodrigo Alonso Pimentel, cuarto heredero de este título nobiliario, reconstruyó el castillo en 1459.
La modificación más destacada se produjo en el siglo XVI por el V Conde de Benavente, en que el estilo gótico y renacentista se unen para darle a este lugar un simbolismo muy especial. Durante la invasión napoleónica, en plena Guerra de Independencia, el castillo sufrió un incendio que fue devastador, al punto de destruir prácticamente la totalidad del monumento.
El Torreón del Caracol forma parte ahora del Parador Nacional de Turismo de Benavente
En 1953 se produjo una nueva reforma para salvar lo único que quedó en pie, que fue el Torreón del Caracol. Es lo único que queda de esta residencia palaciega medieval que mantiene los escudos del exterior de la torre, al igual que los de las pechinas de la bóveda interior que representan las armas de los Pimentel. Un símbolo que también está presente en el Hospital de Benavente y en el patio del Palacio de los Condes de Valladolid.
Este torreón se encuentra cubierto por un destacado artesonado mudéjar que perteneció al Convento de San Román del Valle, lugar que también desapareció. Desde 1972, este lugar pasó a formar parte del Parador Nacional de Turismo de Benavente para que se mantenga como uno de los emblemas de la localidad.
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