La reunión del jueves en Moscú entre los equipos negociadores rusos y de Estados Unidos supuso un nuevo capítulo en el que, parece, es el tramo final de la guerra en Ucrania. El presidente Vladímir Putin ve con buenos ojos, con matices, la tregua de 30 días planteada por la istración de Donald Trump y aprobada también por el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski.
El portavoz presidencial, Dimitri Peskov, ha explicado el posicionamiento de Putin: "Apoya la postura de Trump sobre el arreglo, pero el jueves planteó algunas preguntas a las que hay que responder conjuntamente". De hecho, Peskov ha avanzado que Putin mantendrá una conversación directamente con Trump en los próximos días. "Hay un entendimiento por ambas partes de que es necesaria tal conversación", ha comentado.
"Hay motivos para un prudente optimismo"
"Rusia está de acuerdo con la propuesta de cese de las acciones militares, pero partimos de que eso debe llevar a una paz duradera y a eliminar los motivos originarios de la crisis", ha explicado Peskov. El portavoz presidencial se ha mostrado esperanzado de que el conflicto pueda llegar a una solución: "Sin lugar a dudas, hay motivos para un prudente optimismo. Pero queda mucho por hacer".
Ucrania responde
Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sibiga, se ha mostrado crítico con la actitud de Vladímir Putin después de la reunión que mantuvo con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, de la que apenas ha trascendido información: "Esta es la diferencia. Ucrania dijo sí a la propuesta estadounidense de alto el fuego, porque Ucrania quiere la paz. Putin, en lugar de decir sí, pone varias condiciones".
La actividad en los despachos es elevada por parte de todos los implicados en este proceso de negociación, que se ha acelerado desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca. La tensión también sigue en el campo de batalla y Moscú ha informado de que la región de Kursk ya estaría "liberada" de las tropas ucranianas.
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