Carlos Alcaraz tiene en el golf el deporte perfecto para desconectar del tenis. Se ha convertido en su gran pasatiempo, por en cima del ajedrez o las cartas. Juega no sólo en sus tiempo libre en su Murcia natal sino también es una rutina que le funciona cuando disputa torneos del Grand Slam o Masters 1000 de la talla de Indian Wells. En el desierto californiano ha sido campeón en las dos últimas ediciones.
En Wimbledon, donde se coronó en 2023 y 2024, también utilizó los palos como válvula de escape a la tensión de las dos semanas y siete partidos del certamen británico. Se le vio practicando con el profesional Sam Smitherman. Y lo primero que hace al aterrizar en Nueva York para el US Open es desplazarse al exclusivo campo de Deepdale para probar su swing. La suerte de Carlitos es que tiene con quien retarse. Y es que Juan Carlos Ferrero, su entrenador, es un consumado jugador.
Aprovechando la jornada de descanso, entre la segunda y la tercera ronda del Open de Australia, el jugador de El Palmar se ejercitó durante 90 minutos con su hermano Álvaro. Alcaraz y el resto de acompañantes comieron en el torneo, en el restaurante español Cambio de Tercio, y se desplazaron después a un campo de golf para retarse en familia y según los niveles.
La vitamina N
“Le ayuda a desconectar del tenis porque está rodeado de verde, en medio de la naturaleza y ese tipo de ubicación a Carlos le encanta. Él es muy competitivo y juega al golf totalmente en serio y para ganar”, cuentan desde su equipo. El golfista Sergio García alaba sus cualidades: “Carlitos está mejorando como golfista. Lleva poco tiempo jugando, pero obviamente tiene velocidad de palo y le pega bastante fuerte. El tenis y el golf tienen un movimiento parecido a nivel corporal”. Su fisio Juanjo Moreno siempre destaca la importancia de empaparse de naturaleza, la vitamina N. Los dos jugadores con los que comparte el podio ATP, Jannik Sinner y Alexander Zverev, también tienen el golf como terapia.
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