La prueba evidente de que este fin de semana no tocaba final de Copa o, si lo prefieren, no tocaba jornada intersemanal de liga es que tanto el Clásico de La Cartuja merece toda nuestra atención como Imanol Alguacil demanda nuestro cariño tras anunciar en el día de ayer que su periplo como técnico de la Real Sociedad llega a su fin, al menos en una primera etapa.
Quizá por ello se precipitó todo a la hora del aperitivo. Nuestro Yon Cuezva cazó el rastro de lo que iba a ser algo más que una noticia, una sacudida en toda regla que obligó al club a adelantar los pasos para dar y en dos tiempos el adiós obligado a una suerte de Ancelotti en versión Orio, casualidades de la vida, pueblo consagrado al santo italiano San Nicolás de Bari que forma parte de la nomenclatura oficial de una villa que huele a mar Cantábrico y parrilla de besugo.
Es probable que ese tuit protocolario se escriba, quien lo sabe, la próxima semana con el membrete del Real Madrid si es que al Barça le da por hacer buena la condición de favorito copero.
No cabe ninguna duda de que estaríamos ante una pérdida irreparable para nuestro fútbol, la de dos técnicos muy identificados con sus respectivos equipos, que han sido el sostén de ambas entidades poniendo voz al discurso oficial, aunque sin mucho voto en las decisiones estratégicas. Como no se puede ganar nunca y nadie acepta la derrota Imanol ha decidido que acabar antes es sinónimo de acabar bien. En el caso de Carletto parece que va camino del mismo destino y a ambos los une la figura de Xabi Alonso quien después de emigrar por diferentes motivos de Valdebebas y Zubieta puede tener esas dos opciones para decantarse por una de ellas encima de la mesa.
¿Se animará Aperribay a marcar el teléfono del tolosarra sabiendo como sabe que el Madrid de su querido Florentino ya lo ha hecho?
¿Lo verá Florentino como una señal de que Alonso es el elegido en el más que posible escenario de una salida de Carletto?
Me parece ahora mismo que tiene más interés el móvil de Iñaki Ibáñez, agente de Xabi, que el del Fiscal General del Estado. Mensajes del equipo de su vida (la Real), mensajes del equipo que le da vida (Leverkusen) y mensajes del equipo de la vida (el Madrid).
Aunque conviene recordar que en ocasiones, quien mucho abarca, poco aprieta. Y aprovecho, ya que pasaba por ahí, para responder a Caparrós. No, a Vinicius o Raphinha no los expulsan como a Lukebakio.
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