"Vinicius es un jugador de noches grandes"

Arsenal y Real Madrid se han enfrentado tan solo una vez en la historia en partido oficial. Pero no fue una vez cualquiera. Todos recordamos aquella eliminatoria de la Champions 2005/2006 por el golazo que marcó Thierry Henry tras irse en velocidad de Ronaldo sortear a Álvaro Mejía, esquivar primero la patada de Guti, después la de Sergio Ramos y terminar batiendo a Iker Casillas. Y hacemos bien en recordar este gol por su belleza, pero también por cómo representa el momento que estaba viviendo entonces el Real Madrid.

El proyecto Galáctico estaba agotado, el modelo de Zidanes y Pavones se había extremado en exceso y la competitividad del equipo se había desplomado sin que ningún entrenador pudiera evitarlo. 6 días después de este partido, con el encuentro de vuelta todavía por disputarse, Florentino Pérez dimitió como presidente del Real Madrid.

Han pasado 19 Copas de Europa de aquello. 6 de ellas las ha ganado el Real Madrid. Y las ha ganado con un Florentino Pérez que demostró haber aprendido de sus errores y aplicó soluciones muy concretas para no sólo evitar problemas muy probables, sino sobre todo para conseguir sublimar su proyecto ganador.

Esta noche el contexto de la eliminatoria es muy diferente al de hace 19 años, pero es inevitable no acordarse de ciertas cuestiones de la era Galáctica cuando uno repasa esta temporada del Real Madrid. El equipo se parte con demasiada facilidad, faltan centrocampistas y centrocampista, la planificación ha pensado más en el ataque que en la defensa y el entrenador es incapaz de motivar a sus futbolistas para que pongan el mínimo exigible en muchos partidos.

Que no se me entienda mal. El Real Madrid no está en 2006. Ni de cerca. Tampoco creo que acabe de la misma manera. El Real Madrid y Florentino conocen bien su historia, así que no están condenado a repetirla. Pero sí que es cierto que esta temporada se ven ciertos dejes que el Real Madrid como club, más que como equipo, tiene que atajar cuanto antes mejor. Y la noche de hoy es perfecta para empezar y saldar la deuda que contrajo en 2006.

Hay cosas que no se pueden corregir durante la temporada, claro, y esto va a desembocar en que parece que Lucas y Alaba van a ser los laterales porque Ancelotti considera imprescindible a Valverde en el centro del campo después de que Ceballos no se haya recuperado a tiempo. Carlo no está acertando con sus decisiones, pero es verdad que en su baraja faltan muchas cartas.

Sea como fuere, en su mano, el Real Madrid, tiene el comportarse de nuevo como un equipo, plantear un partido competitivo y dejar que las individualidades, muy superiores a las del Arsenal, marquen la diferencia. Hoy es noche para apretar como equipo, para pensar en el de al lado y para que los cracks actúen como tal.

Y en este caso pienso sobre todo en Vinicius Junior. Su temporada no es sencilla. Soy el primero que creo que está por debajo de lo exigible, pero también puedo entender el cúmulo de circunstancias que se le han venido encima justo en el momento en el que creía haber coronado la cima del fútbol de clubes. En todo caso, si algo ha tenido Vinicius incluso antes de explotar como futbolista es el aparecer y desequilibrar en los partidos más importantes. Jamás se ha escondido.

De hecho es que es un jugador más de noches grandes que de fines de semana. Cada vez que su equipo lo ha necesitado, Vinicius ha aparecido. Y daba igual si delante estaba el Manchester City, el Liverpool, el Bayern Munich, el París Saint-Germain o el Borussia Dortmund. Hoy delante estará el Arsenal y su equipo le necesita. Así que además de una respuesta colectiva, hoy espero una nueva gran noche en especial de Vinicius Junior.