Fue ayer víspera de Diada y jornada de comparecencias en la Ciudad Condal. Víctor Font, posiblemente un gran presidente, posiblemente un mal candidato, hizo sesión de control al gobierno culé de Laporta sorprendiendo a propios y extraños con una petición de elecciones el próximo verano. No me quedó muy claro lo de la fecha. Entiendo el qué, no le gusta la gestión actual, pero tampoco sé por qué no pide esas elecciones para mañana si tan grave es la situación o ya se espera a que concluya el mandato y se prepara mejor porque conceder ese margen para mejorar las cosas no tiene mucha explicación desde el punto de vista táctico. Si el equipo gana, el actual presidente gana.
También se dejó ver Deco. Personaje silencioso desde su llegada a la dirección deportiva en Can Barça. Se puso ante el micro de Barça One, es decir, los medios oficiales del club. El mercado ya está cerrado, el equipo funciona, la llegada de Olmo ilusiona y el cuatro de cuatro con liderato incluído hace que sople viento de cola.
Correcto con Xavi, cariñoso con la cantera, ilusionado con Flick y sus colaboradores, acabó sacando pecho reivindicando su labor y los deberes bien hechos en este tiempo veraniego tan convulso donde la lesión de Bernal complicó el cierre de mercado y las negociaciones por y con Nico Williams no llegaron a fructificar.
La explicación de este fichaje frustrado me deja un poco perplejo. Resulta que tenían otras prioridades. Que ya estaba Raphinha, que ya estaba Ansu Fati, que ya estaba Lamine, que ya estaba Ferran. Entonces ¿para qué enredaron tanto?
La realidad es que la economía, y esa no es tarea de Deco, da para lo que da pese a la dulzura y tacto con el que LaLiga está tratando al Barça según reconoció el propio Víctor Font. Los azulgranas tienen a Olmo gracias a un lesionado al que istrativamente han enviado al carrer, se ha quedado sin un mediocentro de categoría y sus jugadores lesionados de larga duración son una incógnita de rendimiento.
Con todo el cariño Deco y a la espera de más resultados, no me parece que este Barça haya hecho los deberes.
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