Salvo un giro radical de los acontecimientos, Javier Aguirre vivirá este domingo 19 de mayo su último partido en el banquillo del Mallorca en Son Moix. El técnico mexicano, a falta de asegurar la permanencia esta temporada en Primera, ha cumplido con creces en el club bermellón. ¡Qué digo! Mucho más que con creces, ya que ha sido capaz de llevar a su equipo a la final de la Copa del Rey en un hecho que es muy difícil se vuelva a repetir en años en la Isla.
El club no se ha portado con él, como él si se ha portado con la entidad. Estas últimas semanas han sido tremendas, ya que muchos se olían lo que finalmente ha pasado y posiblemente él el primero. El Mallorca ha elegido otro técnico, algo lícito, pero la manera de hacerlo no ha sido la correcta. No se ha comportado bien con el que todavía es su técnico.
Y la mejor prueba de esto la vamos a vivir en Son Moix cuando a las once horas en México Aguirre salte al césped y comprobemos la reacción de la afición. Apuesto lo que quieran a que el estadio entero se va a rendir a Aguirre y, por tanto, va a ser un golpe duro para una directiva que no ha sabido medir lo que supone el mexicano para este Mallorca. La gente sí quería a Javier otro añó más al frente del equipo, pero, salvo, algo inesperado, tendrá que hacer las maletas y buscar otro destino. Es la injusticia del fútbol y con Aguirre lo han sido en el Mallorca, y mucho.