Javier Aguirre ha estado todos estas semanas centrado en salvar al Mallorca de caer en el pozo de la Segunda división. El técnico se ha mostrado comprensivo con la decisión del club de no afrontar su posible renovación hasta el final de temporada, pero yo creo que todo tiene un límite y en este caso el Mallorca lo ha sobrepasado.
Yo personalmente no entiendo que el club tarde tanto en ofrecerle un nuevo contrato a alguien que les ha llevado hasta la final de la Copa del Rey y va a cumplir con el objetivo de la permanencia. Da la impresión de que en realidad no le quiere y todo esto es puro teatro. Aguirre parece aceptarlo de buen grado, pero lo que debe ser terrible para él es que se filtren los nombres de sus posibles sustitutos y su club no reaccione.
Hemos vivido estos días situaciones surrealistas. Cuando se enfrentó el Mallorca a Las Palmas se publicó que García Pimienta, actual entrenador del equipo canario, era uno de los candidatos a sustituir a Aguirre. Y le preguntaron a Pimienta en la previa del partido, que no negó esta opción. Y Aguirre aguantando la situación.
Pero lo que ha sucedido este lunes 13 de mayo es ya increíble. Otro de los nombres que suenan con fuerza para ocupar el lugar de Aguirre es Jagoba Arrasate, su rival este martes con Osasuna, y el mexicano soportó con mucha dignidad cuando en la sala de prensa le preguntaron por qué le parecía esta opción. Y contestó con mucha educación, como debe ser. La prensa hace su trabajo y es lo correcto.
Lo que a mí me parece tremendo es que se filtren estos nombres y el club no salga a la palestra para respaldar a Aguirre en estos días tan complicados. Por eso me da la impresión de que en realidad no le quieren o es una estrategia para abaratar su posible renovación. Mal lo uno y peor lo otro, por lo que yo creo que Aguirre debería romper definitivamente con el Mallorca y ni siquiera sentarse a hablar con ellos. Posiblemente no me haga caso y será su decisión, pero creo que lo de los últimos días no ha sido precisamente ejemplar.