- Así fue la carrera Jorge Martín, campeón de MotoGP
Jorge Martín nació y creció en un circuito. Vivió su infancia en una urbanización situada en la curva 1 del trazado del Jarama. "Vivía en la urbanización Club de Campo, a final de la recta. Desde mi casa se oye el ruido de la pista. No se llega a ver. Me acuerdo de los sábados, cuando yo todavía ni corría se oía lo que para mí era música celestial, el ruido de las motos. Iba con mi padre a ver las tandas. Tengo una foto en el muro del Jarama con un año con mi padre súper bonita", evocaba a MARCA.
Como muchos, su afición, le vino de su padre, Ángel, un piloto aficionado que inculcó su pasión a su vástago: "Corrió a nivel amateur, en el RACE, llegó a correr alguna con gente que estuvo en el Campeonato de España, pero era su 'hobbie' y su pasión. Yo lo heredé". De él cogió hasta su dorsal hasta llegar a MotoGP. "Lo llevé porque mi padre corría el RACE en el Jarama y en su segunda o tercera carrera le tocó el 88. Le gustó y ya lo dejó y cuando yo empecé lo heredé", explica. Pero, al llegar a la clase reina, Miguel Oliveira lo tenía y Martinator tuvo que elegir otro. Optó por el '89'.
Pronto le cogió gusto a las motos. "Con seis años, los Reyes Magos me trajeron una minimoto china. En un párking entre Alcobendas y San Sebastián de los Reyes iba dando vueltas. Mis dos primeras carreras las hice en el circuito de la Peraleda. En la segunda ya me partí un brazo. Aun y así, quería recuperarme pronto y volver a montarme en moto. Así que lo llevo dentro", bromeaba.
Becas para poder correr
Fue subiendo poco a poco y gracias a becas, pues dinero no había. En la Cuna de Campeones y, luego, en la Red Bull Rookies Cup, donde se proclamó campeón. Llegó al Mundial con Aspar. También Teo Martín tuvo su parte en ese fichaje, pues llamó a Carmelo Ezpeleta para ver si había algún hueco. "Con la Mahindra era más difícil hacer esas cosas. Cuando tú ves que en recta te meten 12 km/h, ir tú solo cuesta más, pero es la manera y Jorge lo hizo, siempre tuvo un talento increíble", recuerda el tetracampeón valenciano.
Con Aleix en Andorra
Martín optó por irse a Andorra para crecer. "Para mí supuso un gran cambio porque me fui con 18 años. Casi no sabía ni cocinar", indica. Aleix Espargaró lo acogió y llevan años entrenándose juntos.
Campeón en 2018 con Gresini
En 2018, ganó el título de Moto3 con el equipo del fallecido Fausto Gresini. Ya era el rey de las poles, pero lo fue también los domingos. "Cumplí mi sueño de toda la vida", afirmaba. Se ganó el apodo de Martinator por su resistencia física cuando las lesiones amenazaban todo.
KTM le fichó para Moto2, pero entonces los austriacos hacían su chasis y los experimentos fueron un mareo constante en 2019. En 2020, con el de Kalex ya mostró su potencial. Pero el covid le frenó, pues se perdió una cita y sus opciones. Eso sí, Ducati, que ya se había fijado en él en Moto3 le hizo una oferta y pudo encontrar el resquicio legal para irse con ellos, al Pramac.
El peor accidente de su vida
En 2021, en su debut en MotoGP, tuvo el peor accidente de su trayectoria, en Portimao. Varias fracturas y meses de baja. Hasta dudó si retirarse. No lo hizo y empezó a crecer gracias a su explosividad. Forjó una voluntad de hierro que dio lugar hasta a un documental propio. Peleó por la corona de 2023, pero Pecco Bagnaia aplazó su gran sueño.
Su determinación sufrió otro varapalo en el GP de Italia este curso. Ducati le había dejado caer que sería el elegido, que él subiría al Ducati oficial, pero el domingo se percató de que optaban por Marc Márquez. Se armó de valor y fichó por Aprilia. Pocos creían que batiría a los de Borgo Panigale para llevarse el '1', pero su constancia y fe pusieron el resto.
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