Cuatro meses y medio después de operarse del hombro tras un accidente en Anaheim, Jorge Prado volvió a sentirse piloto de motocross. El gallego tuvo que poner pausa a su sueño del Supercross en los Estados Unidos al sufrir una luxación unida a una importante lesión del 2022 en la misma zona, y retornó en el Pro Motocross, un campeonato radicalmente diferente al invernal pero con el mismo o mayor nivel. Y está entonado, al ser sexto en el fin de semana de Fox Raceway de Pala, en California.
El Pro Motocross parte, fundamentalmente, de ser outdoor y cambiar de estilo respecto a los difíciles estadios del invierno. Prado, que todavía no está al 100%, lo aprovechó con un pilotaje mucho más depurado que el del Supecross y mostró progresión durante todas las sesiones. Calificó octavo, y subió al séptimo y sexto en las dos carreras para acumular buenos puntos tras varios meses de parón.
El fin de semana tuvo un claro dominador, el australiano de Honda Jett Lawrence. Ganó las dos carreras y abrió margen con Eli Tomac (2º en la segunda pero 4º en la primera) o con su hermano Hunter (3º y 4º). Jett Lawrence es otro de los grandes talentos, y venía, como Prado, de otro largo tiempo de baja tras dos podios en la temporada de estadios.
"Tuve que atacar a lo bestia al ver que venía Tomac, e hice todo lo que podía hacer para mantenerle atrás. Sabía que debía ganar tiempo y a falta de cinco vueltas tiré con todo y conseguí abrir mi ventaja", reconoció Lawrence. Prado, por su parte, comandó entre las Kawasaki y dejó atrás a su compañero, Jason Anderson.
Como pasa en la temporada de estadios, el Pro Motocross también suele encadenar citas fin de semana tras fin de semana. Para el próximo (31 de mayo empieza la acción) no se marchan de California y aterrizan al Rancho Cordova para medirse al circuito de Prairie City.
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