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El movimiento que sacudió el mercado de la Fórmula 1 en febrero de 2024 sigue dando de qué hablar. La salida de Lewis Hamilton de Mercedes rumbo a Ferrari no solo marcó el inicio de una nueva era en la parrilla, sino que también desató un aluvión de llamadas al despacho de Toto Wolff.
En una entrevista reciente, Wolff reveló cómo vivió esas horas tras confirmarse el fichaje bomba. "Esa misma tarde, recibí llamadas de gente cercana a Charles Leclerc. Fernando Alonso también me llamó", comentó. La mención al piloto asturiano no pasó desapercibida, dado que Alonso en ese momento aún no había renovado con Aston Martin y estaba explorando todas sus opciones del mercado.
El propio Fernando ya explicó que tuvo conversaciones con el Team Principal de Mercedes, pero sorprende que la llamada fue inmediata, es decir pocas horas después de que el bombazo de Lewis saliera a la luz, demostrando que a sus 43 años aún sigue teniendo mucho hambre. Aún así, la decisión del ovetense parece acertada teniendo en cuenta que el fichaje de Adrian Newey para la fábrica de Silverstone.
Las llamadas de los Sainz
Según el propio Toto, esta reacción de los pilotos no le tomó por sorpresa. "No me sorprendió en absoluto. Sabía que esto iba a pasar unas semanas antes, cuando recibí una llamada de Carlos Sainz y su padre. Me dijeron que 'algo se estaba moviendo' y yo respondí que por qué iba a suceder eso antes del inicio de temporada", explicó.
Las palabras de Wolff dejan entrever que el paddock ya estaba en ebullición mucho antes de que Ferrari anunciara oficialmente la llegada de Hamilton como compañero de Leclerc, quien tiene contrato con los de Maranello hasta finales de 2026. Mientras tanto, Carlos Sainz optó por un nuevo comienzo en Williams, alejándose del proyecto de Ferrari que ahora apuesta por la dupla Hamilton-Leclerc.
Lo que queda claro es que el movimiento de Hamilton no solo generó un terremoto dentro de Ferrari y Mercedes, sino que también despertó el interés de figuras clave en la parrilla, como Alonso y Sainz. Una muestra más de que, en la Fórmula 1, los grandes movimientos siempre traen consigo una cadena de reacciones impredecibles.
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