GIMNASIA - JUEGOS OLÍMPICOS 2024

Gimnasia | Juegos Olímpicos

Simone Biles vuelve a la estratosfera

La reina de los Juegos lidera a Estados Unidos a la reconquista de la medalla de oro por equipos y suma su quinto título olímpico

Simone Biles (27), en la barra de equilibrios de la final por equipos.
Simone Biles (27), en la barra de equilibrios de la final por equipos.LAPRESSE
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En medio de Simone Biles y su banda rescataron el oro olímpico por equipos perdido de forma aplastante. En una actuación en la que no necesitó de todo su más alto repertorio, la reina de los Juegos se adueñó de uno de los santuarios del deporte, Paris Bercy. Estados Unidos ganó con 171,296 puntos, casi seis más que Italia. Es el quinto título olímpico para la menuda gimnasta y la octava medalla que la convierte en solitario en la gimnasta estadounidense con más de la historia. Tal es la fuerza de Biles (58,322) que las soberbias actuaciones de la brasileña Rebeca Andrade, la mejor en salto (15,100) y la segunda en suelo (14,200), para terminar inmediatamente detras de Simone (57,966), no encontró el eco merecido. Ella sola llevó a Brasil al bronce (164,497), por detrás de las transalpinas (165,494).

Hora y media antes del comienzo de la final, el revuelo era formidable alrededor del París Bercy Arena. Un público mayoritariamente femenino y muy joven, que seguramente no conocieran a Edith Piaf o Plastic Bertrand que sonaron antes para amenizar la espera, se preparaba para asistir al episodio que reenganchaba a Biles con las medallas olímpicas.

El caso era ver a la deportista más influyente de todos los tiempos, ese tipo de personajes que trascienden fuera de su deporte. La primera fila de butacas reflejaba la importancia. Ahí estaban Michael Phelps, Natalie Portman, Gianni Infantino, Spike Lee, Serena Williams... y el marido de la gimnasta, el jugador de fútbol americano, Jonathan Owens, acompañado de la abuela, la que crío a Simone desde pequeña. Y un llenazo colosal.

Era una competición liquidada de antemano. El triunfo iba a ser para Estados Unidos, que sólo ha perdido una cita por equipos desde que la megaestrella es gimnasta. Fue en Tokio 2020, el episodio de los twisties, ante el equipo independiente, la encubierta Rusia, vetada en París por la guerra de Ucrania.

La pelea era por la plata y bronce porque las compañeras de Biles eran una garantía. Estaba Sunisa Lee, campeona olímpica del concurso general en 2021; Jade Carey, la vigente campeona en suelo, y Jordan Chiles, plata con el equipo en Japón,y una gimnasta muy regular.

Estados Unidos comenzó en la rotación de salto con Chiles (14,400), la compañera de entrenamientos en Houston, y Carey (14,800) acompañándo a Biles, que lucía un vendaje en toda la pantorrilla izquierda. Se quedó fuera en ese aparato Lee. Los problemas renales que ha tenido en este ciclo han mermado ahí su rendimiento y fue la única variante.

Simone no apostó por el ejercicio de más riesgo, el Yurchenko doble carpado, dos volteretas y luego dos mortales agrupados, quizás por el pequeño problema de la pierna. Bajo dos grados hasta un Yurchenko con pirueta y media, en más repetido en la actualidad. Fue valorado por 14,900. Para la primera rotación, Estados Unidos ya sacaba 1,434 puntos a China, que había arrancado en las asimétricas, donde tiene una escuela de tradición por las estiradísimas acrobacias que hacen elevando las piernas como si dieran en el reloj las 12. Les había fallado Huan Luo (13,933).

Su segunda rotación, las asimétricas, es el aparato que peor se le da a Biles. Es el único para el que no se ha metido en las distintas finales.. De las 37 medallas en grandes campeonatos que jalonan su palmarés, sólo tiene una en el aparato donde Nadia Comaneci -por París Bercy andaba también- logró el 10 en Montreal'76.

Realizó un ejercicio fluido, clavando el aterrizaje (14,400) y como quiera que Carey estuvo súper (14,800) y Lee, en su estreno, entonada (14,566), a mitad de final, la diferencia con las chinas se amplió, ahora con Italia, a 3.102.

El giro en sentido contrario a las agujas del reloj llevó a Estados Unidos a la barra fija, donde Biles ha elevado a la corte mundial, un nuevo ejercicio, el que podría ser su sexto epónimo, en el que hace un circulo alrededor de la barra y se para de manos en un giro de 540 grados. Y fue un momento exigente para la leyenda. Chiles, la amiga, se había caído y había fallado con estrépito (12,733) y se necesitaba la mejor versión de Biles, en un aparato en el que este año había ido al suelo en un par de ocasiones. Fue un repertorio fabuloso (14,366), sin llegar a la altura de Lee (14,600). La distancia con las transalpinas aún se hizo más grande.

Y se entró en la rotación de suelo, la que magnetiza cualquier escenario con la música. Biles clavó las diagonales, recibió la nota más alta de las 24 finalistas (14,666) y terminó recogida en el suelo, mientras el pabellón se levantaba en plena algarabía para aplaudir el regreso de la mujer que ha impulsado el deporte femenino hacia un espectáculo aún más masivo. No tardaron ni un segundo en agarrar la bandera de Estados Unidos que tuvo en Paris Bercy un singular Iwo Jima.

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