FUTBOL
Sevilla

No hay manera

El Sevilla suma ocho jornadas sin ganar y solo los tropiezos ajenos lo salvan del drama deportivo

Los jugadores del Sevilla y su entrenador Joaquín Caparrós tras su derrota contra el Celta
Los jugadores del Sevilla y su entrenador Joaquín Caparrós tras su derrota contra el CeltaLavandeira jr
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Ni en superioridad numérica es capaz este Sevilla de lograr un triunfo. La visita a Balaídos no invitaba precisamente al optimismo, dado que el Celta este año está haciendo bastantes cosas bien. Sin embargo, la suerte del fútbol es caprichosa y a veces hasta perversa. 

El cuadro hispalense se presentaba en Vigo con otra alineación diferente, tal como ha sucedido en las cuatro fechas que ha disputado con Joaquín Caparrós a los mandos. La prioridad era protegerse y presionar la salida de balón a un rival que arriesga mucho desde atrás. El problema es que este equipo ha entrado en una dinámica peligrosa en la que casi nada le sale bien.

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El Sevilla cuajó una actuación más que digna en la primera parte, amenazando al Celta sobre todo a balón parado. Pero a los blanquirrojos les cuesta un mundo marcar gol y últimamente concede demasiado con muy poco. Los desajustes defensivos y la fragilidad en los duelos merman cualquier intento de rebeldía ante la situación que los consume.

En esta ocasión sí contaron con algo de fortuna en esos pequeños detalles que pocas veces les sonríen. Cuando todo volvió a ponerse en contra, lesión ocular de Badé incluida, una genialidad de Peque provocó no solo el penalti que igualaba el marcador, sino la ventaja de jugar con uno más todo el segundo periodo por la expulsión de Marcos Alonso. Ni así fue suficiente.

Los planteamientos de Caparrós obedecen a una lógica que se derrumba por fallos no forzados y falta de contundencia. No será porque el utrerano no va a por los partidos, y más en una tarde donde las circunstancias se volvieron favorables. Continuamente pretende agitar la coctelera, por ello realiza cambios a la mínima que no lo ve claro.

Si hay algo que se le puede achacar, es sacar a Dodi Lukébakio de la posición donde marca diferencias. No obstante, las necesidades del equipo obligan a ello. Con más pragmatismo que brillantez y un Kike Salas que sangra sevillismo, el equipo pone corazón y se olvida de la cabeza, así que termina haciéndose el harakiri.

Final por la permanencia

"Cuando un equipo está en este tipo de rachas, pasa ese tipo de cosas. Lo de Badé, esperemos que no sea nada. El tercer gol no cuenta. Ya está. A recuperar anímicamente a los futbolistas y preparar el partido del martes", declaraba en rueda de prensa Caparrós, con un mensaje pensando más en sus propios futbolistas. 

El Sevilla mantiene el margen de seis puntos respecto al descenso, cuatro si el Leganés vence en casa al Espanyol. El encuentro contra Las Palmas en el Sánchez-Pizjuán, donde no gana desde diciembre de 2024, se vivirá como otra final por la supervivencia en la categoría antes de recibir al Real Madrid y acabar LaLiga en Villarreal. Quizá sea la única oportunidad que le queda para salvarse.

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