Había transcurrido ya una hora de partido que no podría calificarse más que de soso. Un día más en la oficina para este Madrid aburrido, funcionarial, dosificándose en exceso en función de un empate que le clasificaba momentáneamente y encomendándose a sus chispazos de calidad frente a una buena Real que se adelantó. Lo más destacado hasta entonces fue la ovación con la que el Bernabéu despidió a Endrick en premio a su golazo de picadita y al buen encuentro que completó, decidido a aprovechar sus oportunidades y reivindicándose con su quinto gol en Copa. Sucedió en el minuto 64 y conste en acta que con el cambio Ancelotti cometió una de esas injusticias con los jóvenes que tanto le reprochan sus críticos con razón. Eran Vinicius o Rodrygo, muy grises ambos, los que merecían ser sustituidos, en vez del chaval.
Se llegó así al minuto 72. Fue entonces cuando la Real empató la eliminatoria con el primero de los dos goles en propia meta que se marcó un desafortunado Alaba y ahí comenzó un mini partido de Copa concentrado en media hora apasionante. Porque hubo de todo. Goles, aciertos, errores de los porteros, más goles, una bronca de Ancelotti a Vinicius en el 76 en la que le amenazó (“Te voy a cambiar”) con la que el brasileño espabiló hasta el punto de convertirse en el mejor jugador del Madrid de ahí al final junto al incombustible Bellingham, que volvió a dar un recital de despliegue físico y futbolístico. Kubo, desaparecido en la primera mitad, amargó a Camavinga en el lateral y la Real se lanzó a por la eliminatoria con decisión. La Copa en todo su esplendor. Con diez últimos minutos trepidantes se llegó al final de los 90 con 3-4 y la defensa de los blancos demostrando su vulnerabilidad. Los dos equipos que más partidos llevan jugados esta temporada (50 el Madrid, 48 la Real) tenían el castigo de una prórroga. Para los espectadores, sin embargo, aquello era un premio. Pero ya se sabe que con el caos desatado, es difícil que el Madrid deje vivo a su rival, y fue Rudiger, con el cansancio haciendo estagos, el encargado de liquidar a una dignísima Real Sociedad que murió en la orilla. 4-4 y nos espera una gran final en La Cartuja.
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