- Champions League. Brahim resucita al Madrid y pide perdón al City
Nunca había ganado el Real Madrid al Manchester City en su propio ambiente, aunque sí le había eliminado por penaltis, pero ya se sabe que siempre hay una primera vez. Las estadísticas están para romperlas y eso es lo que hizo el Madrid, aunque tuvo que esperar a los cinco últimos minutos para hacerse con una victoria que debió ser más clara y contundente. Sí, porque el Madrid le dio esta vez un soberano repaso al City de Guardiola.
No parecía un partido idóneo para jugar con los tres tenores, habida cuenta de lo que al City le gusta presionar y mover el balón en el medio campo, pero la realidad fue una bien distinta. Ya a los diez minutos falló un gol el Madrid (primero Mbappé y acto seguido, incomprensiblemente, Mendy; sí, Mendy) de esos que no se pueden fallar. Después Vinícius mandó un balón al larguero, que pudo ser el 1-2 porque poco antes Haaland abrió el marcador en el único balón al que no llegó Raúl Asencio en todo el partido, que dio la impresión de llevar años y no semanas en el primer equipo. Hasta Tchouameni cumplió. Y Valverde, por supuesto, se salió del mapa.
El partido fue espectacular porque estuvo roto desde el principio, con más ocasiones que juego, con más contras que control. Falló mucho el Madrid en ataque, especialmente una ocasión de Bellingham en el 66 que salvó Ederson con la espinilla tras un pase increíble de Valverde de esos de toma pan y moja que dan la vuelta al mundo. Pero el Madrid estaba bendecido, como lo demuestra el hecho de que se sobrepuso al innecesario penalti de Ceballos. Claro que también fueron incongruentes los fallos defensivos del City que permitieron a Brahim y Bellingham darle la vuelta al marcador para poner la firma a una victoria tan clara como justa. Aunque todavía queda la vuelta al Bernabéu...
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