El Brest-Real Madrid de la última jornada de la liguilla de la Champions del próximo miércoles, a partir de las 21.00 horas, no se va a disputar en el estadio del Brest, el Stade Francis-Le Blé, y lo hará como hasta ahora en el resto de sus encuentros en el estadio de la localidad de Guingamp, a unos 100 kilómetros de Brest, el Stade de Roudourou.
El motivo de este cambio no es un capricho del Brest sino que le obliga la UEFA ya que antes de comenzar la competición le comunicó al club galo que su estadio no estaba homologado para albergar los partidos de la Copa de Europa. Entre otros motivos, tres de las cuatro tribunas del Francis-Le Blé se basaban en estructuras que prohíbe el máximo organismo del fútbol europeo. Había otros problemas, como la ubicación de la central de seguridad, las zonas de prensa o la seguridad de los jugadores en su aparcamiento.
El estadio del Brest es algo más pequeño, 15.200 espectadores, mientras que el recinto del Guingamp cuenta con 3.000 butacas más. No le ha ido nada mal al equipo de Éric Roy en el Roudourou, ya que ha ganado dos partidos y solo ha empatado uno ante el Leverkusen.
El equipo se desplaza en autocar desde Brest para sus encuentros, al igual que la mayoría de sus seguidores, aunque muchos lo hacen en coche ya que hay poco más de una hora por carretera. Ancelotti da este martes por la tarde la rueda de prensa en el estadio y después el equipo hará un último entrenamiento a partir de las 19.00 horas.
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