Un campo maldito para medio Real Madrid

En el fútbol, como en la vida, solo pierde quien no lo intenta una y otra vez. Te caes, te levantas, te sacudes el polvo y sigues adelante hasta que lo consigues. De todo se aprende y de los errores aún más. O algo parecido es lo que ha debido pensar casi media plantilla del Real Madrid antes de volver a pisar un estadio que no les trae buenos recuerdos. Un jardín especial para Leo Messi en el Mundial de Qatar 2022 que no repartió la misma suerte entre los internacionales de la plantilla blanca.

Caprichosa coincidencia, los de Ancelotti saltarán al césped del Estadio de Lusail (Doha) para disputar la final de la Intercontinental el mismo día que Argentina levantó la Copa del Mundo hace ya dos años. Una de las ocho sedes disponibles para el Mundial que albergó un total 10 partidos, cinco de la Albiceleste, antes de impedir a Mbappé ser eterno en una final en la que poco más pudo hacer. Así las cosas, el primer partido en el estadio más icónico de todos los campos de fútbol levantados para la cita mundialista sería el duro comienzo de Argentina tras caer 2-1 ante Arabia Saudita. Poco después vendría el drama para los jugadores blancos... que perdieron 4 de los 5 partidos jugados en Lusail. 

'Sold out' para buscar una manita en 2024

"Es un privilegio formar parte de esto y esperamos que podamos ganar otro título mañana", confesó Jude Bellingham en la rueda de prensa de un estadio que tiene una capacidad para 88.966 espectadores y cuya construcción costó unos 105 millones de dólares tras ponerse en marcha el proyecto en octubre de 2010. Y como han podido asegurar a MARCA desde la FIFA, el estadio firmará 'sold out' para recibir al Real Madrid y Pachuca en el regreso de la vieja Copa Intercontinental. 

Y otra vez a casi 5.000 kilómetros de distancia, hasta ocho futbolistas del Real Madrid volverán a enfrentarse a un escenario maldito para ellos en la cita más importante de sus países cuando se habla sobre un balón de fútbol. Mbappé, Camavinga, Tchouaméni, Valverde, Modric, Vinicius, Rodrygo y Militao, conocen a la perfección las entrañas de un estadio que no le trae buenos recuerdos. Uruguay perdió contra Portugal (0-2) en fase de grupos, Brasil contra Camerún (0-1), Croacia en semifinales contra Argentina (3-0), que también derrotaría a Francia en la final de todos los tiempo. Solo los brasileños, menos Militao que no jugó ningún minuto, saben cómo sabe la victoria en Lusail tras derrotar a Serbia en fase de grupos (2-0) con asistencia de Vinicius incluida.

Sin embargo, nadie como Mbappé sentirá el mismo escalofrío paralizante cuando vuelve a pisar el Estadio Lusail. Un campo donde buscará conquistar la Copa Intercontinental, el que sería su segundo título con el Real Madrid tras la Supercopa de Europa, después firmar una actuación que le hubiera convertido en una leyenda incontestable del fútbol. Un sueño hecho cenizas tras anotar un hat-trick durante los 120 minutos que duró el partido, hay que contar también el gol anotado en la tanda de penaltis, en una noche en la que Camavinga y Tchouaméni también serían partícipes. Dos años exactos separan aquel Argentina-Francia de este Real Madrid-Pachuca.

Un pasado que no se puede borrar y que obligará a los futbolistas del Madrid a dar un paso adelante para tratar de completar la 'manita' de títulos en 2024. Y es que como ha explicado el futbolista inglés, que no había pisado nunca el estadio hasta la tarde de ayer en el entrenamiento previo a la final, lo sucedido en 2022 es parte de la vida del futbolista: "La presión es un privilegio, poder jugar para uno de los mejores clubes del mundo es el mayor privilegio del mundo. Esperar que eso no vaya acompañado de la presión sería una tontería", confesó antes de que echase a rodar el balón.