Parecía un derbi tranquilo para Vinicius, hasta que al borde del descanso, estalló. Ganaba el Atlético con gol de Lino y el brasileño dijo basta cuando un recogepelotas lanzó al terreno de juego un balón para evitar el saque rápido una falta para el Real Madrid. Era la cuarta vez que lo hacía y el brasileño, tras encararse con el chico, fue a protestar a Cuadra Fernández.
El problema para Vinicius es que protestó de manera tan vehemente que el colegiado le sacó la tarjeta amarilla y le comprometió así para el resto del encuentro. Bellingham ya andaba enfadado con el recogepelotas por sus continuos gestos antideportivos, pero el inglés demostró más pausa y se limitó a devolverle el balón. Pero Vini no, Vini estalló.
La amarilla a Vinicius, lejos de calmarle, le encendió aún más. El brasileño celebró el empate del Madrid desafiando al Frente dedicando gestos de máxima alegría y rabia a la grada. Tuvieron que ir Nacho y Modric a hablar con él para pedirle calma de cara a la segunda parte, pero ya se había prendido la mecha.
Las tuvo con Simeone, Witsel, Hermoso...
En la segunda parte, el Atlético sabía dónde tenía que atacar y buscó la segunda amarilla del brasileño. Lo intentó Simeone en varias ocasiones, buscándole desde la banda para que entrara en las provocaciones. Se armó un pequeño lío al final del partido, con amago de tangana, pero ahí el brasileño mantuvo la calma. Antes, sobre el césped la había tenido con otro jugador caliente como él: Mario Hermoso. Los dos acabaron fundidos en un abrazo.
En la prórroga fue Witsel el que le buscó y el que acabó dejándole un recado después de un cruce de palabras. Ganaba el Atlético y el brasileño empezaba a estar desesperado, aunque aceptó la derrota con deportividad y cuando pitó el árbitro abandonó el campo en primero y sin mediar palabra con nadie.
Un aplauso tras devolver el balón
Entre tanto fuego, una acción deportiva del brasileño le valió para llevarse un aplauso del Metropolitano y de los jugadores del Atlético. Vini devolvió un balón tras la asistencia médica a Nacho pese a que la posesión parecía que era para el Madrid. Ahí, el brasileño recibió hasta la palmadita de Koke.
Con el balón en los pies, Vinicius fue un incordio constante para la defensa del Atlético. En la primera parte rozó el gol, pero Oblak respondió con un paradón a su remate con la zurda. Y en la segunda y en la prórroga lo intentó de todas las maneras, buscando desbordar continuamente, pero el sistema de coberturas del Atlético funcionó a las mil maravillas.
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