Le brillaban los ojos al hablar del Celta. Y lo hacía con un entusiasmo desbordante: “A Madroa. Ésa es la ventaja, la fortaleza del Celta. Hay chicos de gran calidad. Y hay identidad. Un equipo puede competir bien en Primera con algunos de esos ‘nenos’, más algunos refuerzos puntuales que mejoren lo que falta. Se puede hacer, se puede”. Aquel vigués ilustre, Domingo Villar, no fue sólo un escritor extraordinario. También fue un soñador futbolíst
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