FUTBOL
Getafe 2 - 1 Atlético

Puñalada al partido a partido

Doblete postrero de Arambarri para que el Getafe remonte tras la roja a Correa el duelo que un Atlético nefasto nunca merece ganar, pero en el que se pone por delante tras un penalti polémico

Getafe 2-1 Atlético de Madrid: resumen y goles LaLiga EA Sports (J27)
Actualizado

Parecía que iba a ganar el Atlético aunque hubiera puesto todo de su parte para no hacerlo. Apuraba el partido el último trecho con ventaja visitante por una de esas manos modernas que no hay quien entienda, la pelota no va a puerta y Alderete se la encuentra después de que pugnen por ella Soria y Le Normand, aprovechada en todo caso por Sorloth para hacer el gol que no se hubiera hecho de otro modo. Y en éstas Correa, cumpleaños infeliz, se autorregaló una expulsión plantando los tacos a Djené. Y en éstas el saque largo de esa falta volvió a defenderse de aquella manera para el empate de Arambarri. Y en éstas, cuesta abajo ya para el Getafe, con una prolongación interminable por delante, el uruguayo completó faena para que el partido a partido recibiera por fin la puñalada que venía mereciendo toda la sobremesa.

El Atlético puede haberse dejado la Liga en el sur de Madrid, añadan a los tres puntos en cuestión los otros tres que ya extravió en Leganés. No es el Coliseum la mejor plaza de Primera para presentarse remoloneando. Que si el horario, que si el césped, que si el clima, que si un colegiado con gusto por interrumpir un partido que ya era todo interrupciones, que si lo que está por venir (flagrante traición al mantra tantos años repetido)... todo puede valer como pretexto, pero nada de eso sube a la clasificación. Cuando comprendió que necesitaba una inyección de épica, el equipo rojiblanco asumió también que sin De Paul, sin Griezmann, sin Julián, sin igualdad numérica siquiera, esta vez no iba a ser. Y ahora, Real Madrid. Y ahora, Barcelona. Pero dejándose demasiado en el camino.

Lo más interesante hasta el descanso, acaso lo único, había sucedido a partir de una falta lateral regalada por Galán al Getafe. Primero porque los forcejeos previos habituales derivaron en rosario de tarjetas, después porque Uche cabeceó completamente solo. A las manos de Oblak, sí, pero completamente solo. El Atlético defiende terriblemente mal ese tipo de acciones, conocido es, pero es que en este caso el ínclito Molina ni siquiera consideró conveniente defenderla, observador de lujo para el salto y el remate del rival. El lateral visitante ya llevaba un primer acto curioso, empeñado siempre en conceder a Coba el perfil más sencillo para que lo superara, pero con ésa completó 47 minutos para el horror.

Tampoco es cuestión de personalizar, porque aquello era un bocadillo de piedras. Y al que conviene apuntar es al Atlético, se supone que superior, se supone que jugándose más en el envite. Bordalás había dispuesto un 4-1-4-1 con Milla en el ancla y Álvaro como referencia, mientras Simeone tiraba de los habituales. Con Llorente en el doble pivote, eso sí, y con Giménez de inicio a última hora por unas molestias de Lenglet. La mañana parecía torcerse en clave rojiblanca antes incluso de que la pelota echara a rodar.

Poco de Oblak, lo relatado y otra que blocó aunque el punta local estuviera en fuera de juego al ejecutar, pero es que menos de Soria. No hubo modo de que el Atlético metiera cuchara en el entramado azulón, de hecho el desempeño derivaba en despropósito con pases cortos comprometidos y pases largos a la nada. No había manera de llegar hasta Griezmann o Julián, no había manera de dar vuelo a los carriles, no había manera de casi nada... De Paul, para colmo, anduvo maltrecho unos minutos tras topetazo de un Álvaro que definitivamente iba a estar en todas. Así que al descanso aquello era un empate de manual.

Y Simeone tomó medidas. Sacando efectivamente a De Paul y de paso a Lino, incluyendo a Barrios y Correa. Para más de lo mismo. Tirando de Sorloth para prescindir de Julián. Para más de lo mismo. Sorprendiendo al personal, en fin, con la irrupción de un Lemar con prácticamente dos temporadas en el dique seco a cuestas, y completando el carrusel por fin con Gallagher, muchos minutos aún por jugarse. A Bordalás se le vio mucho menos, tres cambios en tres ventanas, pero le cundió bastante más. Para ganar por fin al Cholo, entre otras cosas. Porque el gol del Atlético, esa mano que echó la tecnología, apenas sirvió para que tocara a rebato el Getafe. El resto lo pusieron entre Correa y, sobre todo, Arambarri. Para que sucediera al final lo que se había sospechado desde el inicio. Al Metropolitano se llega, sí, pero después de unas cuantas curvas...

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