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El Mallorca se llevó una victoria que ni siquiera imaginó. Pero hay veces que una acción, un instante, puede cambiar un partido. Y eso es lo que ocurrió en el Coliseum. El Getafe tenía el marcador a favor, controlaba el choque y se encaminaba hacia la victoria. Todo cambió en el minuto 73, en un choque fortuito entre Larin y David Soria.
El portero del Geta recibió un golpe en el costado izquierdo y cayó de forma violenta con la cara en el tapete vede que le dejó muy dolorido. Tuvo que entrar la ambulancia y el partido estuvo detenido más de 12 minutos. El estadio enmudeció y había caras de preocupación entre los jugadores. Al final, afortunadamente, el portero se marchó del campo por su propio pie, pero ya había cambiado el guion.
Se reanudó el choque y sólo hubo ya un equipo sobre el césped: el Mallorca. Los de Aguirre aprovecharon el bajón anímico de los azulones para hacer dos goles en apenas tres minutos. Muriqi y Maffeo remontaron el duelo y se lo dedicaron a su entrenador, que se despedía del equipo con la mejor de las sonrisas. El kosovar anotaba el empate con un remate picado de cabeza casi sobre la misma línea de gol para cerrar con siete dianas su temporada.
Por su parte, el lateral marcó en el que pudo ser su último encuentro como bermellón gracias a una astucia de Morlanes, que sacó rápido una falta aprovechando la caraja permanente que se había instalado en los jugadores del Getafe.
Antes de todo eso, el cuadro de Bordalás fue el equipo que puso más ganas. El Mallorca se presentó en el Coliseum casi de vacaciones. Se limitó a aguantar. Lo poco que llegó al área de Soria fue de manera tímida.
No había casi mayor interés que ver si Jaime Mata se despedía por la puerta grande del Getafe. Un solo gol le convertía en el máximo goleador de la historia azulona en solitario. Y la tuvo pronto, tras un buen recorte y un disparo seco que repelió Raíllo. Mata no pudo marcar, pero recibió el homenaje de la grada en el minuto 7 con aplausos y una pancarta en la que también se reconocía a Maksimovic, otro que se va, y Damián Suárez, que ya se fue en enero.
Sin embargo, el protagonista en la primera mitad fue Mason Greenwood, que buscó el gol por todos los medios. Cuéllar le sacó un disparo seco abajo en su mejor ocasión en la primera mitad. Al final, se fue de vacío.
Quien lo acabó logrando fue Gastón, en un disparo seco tras una jugada habilidosa de Óscar Rodríguez al poco de volver del paso por vestuarios.
Aguirre movió el banquillo para ver si su equipo reaccionaba. Muriqi y Maffeo fueron dos de las incorporaciones y acabaron siendo decisivas. Pero todo ello sucedió por el infortunio de Soria. La cabeza, en ocasiones, hace más que las piernas, incluso en el fútbol.
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