Antony ha completado una temporada brillante como cedido en el Real Betis, convirtiéndose en una de las grandes revelaciones del curso en La Liga. Sin embargo, el extremo brasileño ha sorprendido al abrirse emocionalmente sobre el duro proceso personal que vivió antes de llegar a Sevilla. “Fueron días muy difíciles para mí, solo yo sé cómo fue todo eso en casa. No tenía fuerzas ni para jugar con mi hijo, pasaba días sin comer, encerrado en mi habitación”, confesó en una entrevista reciente, dejando al descubierto el lado más humano detrás de su recuperación futbolística.
El jugador, que no tuvo continuidad en el Manchester United y estuvo en el centro de la polémica por situaciones extradeportivas, encontró en el Betis un refugio y una oportunidad para volver a sentirse futbolista. “Gracias a Dios, con la ayuda de mi familia y principalmente de Dios, logré salir adelante. Ahora estoy muy feliz aquí”, aseguró con una sonrisa que contrasta con el sufrimiento vivido meses atrás. Su rendimiento sobre el césped ha sido una muestra clara de ese resurgir: velocidad, desborde y compromiso al servicio del conjunto verdiblanco.
El futuro de Antony sigue en el aire, pero en Heliópolis no ocultan su deseo de retenerlo. La afición ha conectado con él, no solo por su calidad, sino también por la historia de superación que representa. A la espera de una decisión por parte del United, el brasileño cierra esta etapa en el Villamarín como un ejemplo de que el fútbol también puede ser una vía de redención personal.
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