Pablo Ibáñez, un golazo y una renovación en el aire

Osasuna venció. En duda queda lo de convencer, pero sumó de tres y se aleja poco a poco de la zona caliente de la tabla. Un nombre propio, aparte del de Ante Budimir: Pablo Ibáñez. Salió desde el banquillo y resolvió el partido.

El de Mutilva, siempre que sale, cumple y es un jugador de garantías que está teniendo muchos menos minutos de los que debería. Frente al Girona, Osasuna no hizo un gran partido y claro ejemplo de ello son los dos goles anulados a los catalanes, que podrían haber cambiado el devenir del encuentro.

Pablo Ibáñez es esa clase de canterano de Osasuna que tiene una gran proyección con la casaca rojilla, pero cuya renovación sigue en el aire. Al parecer, ha habido ofertas, pero no han sido suficientemente interesantes para que Ibáñez, que esta temporada termina contrato, se quede en Osasuna.

Un golazo a pase de Budimir que desató el delirio en un Sadar que necesitaba celebrar una victoria que se les resistía desde febrero. Ahora, nuevamente, se abre un periodo en el que Osasuna debe decidir si renovar a Pablo Ibáñez o dejarlo marchar. Un jugador que apareció en aquella semifinal de Copa del Rey hace dos temporadas en San Mamés y, que otra vez, en un momento decisivo para Osasuna, ha cogido las riendas del equipo saliendo desde el banquillo.