Malos tiempos para el Rápido de Bouzas. El equipo más veterano del fútbol vigués (fundado en 1914) y el tercero de toda Galicia, sólo por detrás del Deportivo de La Coruña (1906) y el Unión Campestre de Montrove (1908), descendió este verano a Regional Preferente tras 25 años ininterrumpidos en categoría nacional.
No ha pasado demasiado tiempo, pero parece que ya queda muy lejos la temporada 2016-2017, cuando con Patxi Salinas en el banquillo ascendió a Segunda B por primera vez en su historia. O la temporada 2017-2018, cuando acarició los playoffs de ascenso a Segunda con Borja Jiménez de entrenador (ahora en Primera con el Leganés) y Óscar Sielva como capitán general del centro del campo (el catalán milita actualmente en el Huesca).
La caída a los infiernos de la sexta categoría del fútbol español está siendo más dura de lo que en principio se podría esperar. El Rápido de Bouzas es colista después de haber perdido sus tres partidos encajando un total de ¡17 goles! Además, se ha llevado media docena en sus dos encuentros en casa (1-6 contra el Céltica y 0-6 ante el Portonovo).
"Nadie se esperaba el descenso. Bajamos por arrastres, al no subir a Segunda Federación uno de los equipos gallegos que disputaron el playoff. Evidentemente, en Regional Preferente no íbamos a poder sostener un club diseñado para jugar en Tercera. Tuvimos que reducir drásticamente el presupuesto, pero los jugadores que había en plantilla no quisieron bajarse la ficha y nos vimos obligados a tirar de la cantera", explica el presidente, Alfonso Caneiro. Y añade: "Son chicos con mucha calidad, que van a ir creciendo, pero con una media de edad de 19-20 años y sin la experiencia de la categoría".
Grandes ilustres
Por el equipo aurinegro pasaron numerosos futbolistas que alcanzaron la élite. Uno de ellos fue Pahiño, internacional con la Selección, ganador de dos premios Pichichi y que en su día llegó a ser máximo goleador histórico del Real Madrid. También Manolo Tomé, que en los años 70 jugó en el Barça y ganó una Liga al lado de Johan Cruyff. O Iago Aspas, la leyenda del Celta.
Y por el Baltasar Pujales, su estadio, pasó (y perdió) el Rayo Vallecano en una eliminatoria de Copa del Rey en 2005. E incluso Guardiola con el Barça B, en "el primer partido de Pep como entrenador fuera de Cataluña", afirma con orgullo el ex presidente Manuel Seoane.
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