Todo lo que apuntaba a una temporada perfecta del Real Mallorca está quedando muy empañada por diferentes episodios que han ido sucediendo a lo largo, especialmente, del año 2025. La posibilidad de Europa no era ni mucho menos una obligación, pero sí se consideraba una ilusión por parte de la parroquia bermellona y el enfado ha venido con la pasividad mostrada desde la entidad, deslizan las peñas, que no se movilizó (y aun así de manera tímida y austera) hasta la jornada 37 contra el Getafe. Esto, sumado a la mala segunda vuelta a nivel deportivo, ha sido un coctel terrorífico. La crisis social y deportiva es una evidencia y ocupa la actualidad del club a día de hoy.
El ridículo de la Copa
La primera piedra en el camino de 2025 fue la contundente derrota ante el Pontevedra en la Copa del Rey. La llamada ‘unidad B’, con la colaboración de algunos titulares, tiró la competición del KO antes de tiempo cayendo goleado (3-0) en tierras gallegas. Esta eliminación anticipada, que puede suceder, si no sólo hay que mirar que el Getafe y el Villarreal también perdieron en Pasarón, se eclipsó por la Supercopa de España. Lo que más dolió fue la imagen, más que la derrota. Desde entonces, el grupo en el que confía Arrasate es mucho más reducido y da menos oportunidades a piezas fichadas como ’parches’ a última hora, tipo Chiquinho o Valery Fernández.
Una Supercopa con polémica
La participación del Mallorca en la Supercopa de España en Arabia se vivió con mucha intensidad en la isla. El club, incluso, montó un chárter que juntaba a jugadores, staff técnico, directiva, familiares, prensa, aficionados... todo fue un lujo. La derrota era lo que más o menos se podía prever, pero el lío vino después. Hubo ruptura de algún jugador con el club al entender que no se defendió lo suficiente a sus familiares una vez sucedido el acoso a algunas mujeres de la expedición. Y la afición también protestó.
10 goles en tres partidos
Olvidada la Copa y la Supercopa tocaba volver a LaLiga y el Mallorca encajó cuatro goles en solo 28 minutos ante el Villarreal. Esta derrota en la Cerámica fue un punto de inflexión para Arrasate, que a domicilio (y también en casa en alguna ocasión) ha regresado al dibujo con línea de cinco atrás por las limitaciones del equipo. El hecho de tener una plantilla tan descompensada ha obligado al técnico a priorizar el aspecto defensivo al carecer de herramientas de calidad en ataque y especialmente en las bandas.
Ruptura social peligrosa
La afición hace tiempo que dijo basta. Las peñas han hablado abiertamente de que hay un problema de fondo desde hace tiempo. Entienden que la dirección de la entidad, en referencia a lo social y al apartado de negocio, vive en una realidad paralela y están en otras cosas que sólo empeoran la experiencia del ‘aficionado de toda la vida’.
Sobre todo, se reclama una figura institucional que represente a los aficionados desde la planta noble. “El club no muestra ninguna ambición por dar un paso adelante: al contrario, ha alimentado un ambiente frío y enrarecido”, explicó el Moviment.
“La gran diferencia entre una empresa y un club de fútbol son los aficionados y el sentimiento. Una combinación que puede lograr objetivos que sin duda parecen imposibles. “Invitar a personas con millones de seguidores en redes sociales a las zonas VIP puede hacerte crecer en números, pero la clave que sostiene a un club de fútbol es saber cuidar a la afición y el sentimiento de pertenencia”, reza parte del comunicado.
Poca inversión deportiva
El Mallorca gastó mucho menos de los que ingresó el pasado verano. Las ventas de Rajkovic, Gio González o Amath, de más de 10 millones de ingresos, no se puso en el césped. Alfonso Díaz (CEO de Negocio) explicó que la entidad no ingresa de manera íntegra cada traspaso, algo que es así, pero no dijo que hacen lo propio cuando ellos fichan.
Los únicos fichajes que supusieron un gasto fueron Mojica (1,5 millones) y Robert Navarro por una ‘cesión encubierta’, ya que llegó traspasado, pero firmó un único año a cambio de 850.000 euros. Arrasate dijo que prefería “uno bueno a dos medianos” para las bandas, pero se cayó el fichaje de Rodri Sánchez del Betis y el último día llegaron Chiquinho y Valery cedidos, quienes acumulan 436 minutos entre los dos. En invierno tampoco movieron el avispero a pesar de los 30 puntos.
Las lesiones no han ayudado
Los regresos de Muriqi de Kovoso lesionado, los más de dos meses fuera de Robert Navarro (a quien todavía se le espera) o las recaídas de Asano o Morlanes han sido parte importante del bajón del Mallorca en la segunda vuelta. Arrasate tiene confianza en 13-14 jugadores de la plantilla. A partir de ahí, al equipo se le ven las costuras. Ya no lo esconde. Después de caer ante el Getafe habló de “hacer un buen mercado” en repetidas ocasiones. Un mensaje claro hacia la dirección deportiva al ver que no les da para más.
Conflictos afición-jugadores
La imagen en Girona, con algunos jugadores intercambiando impresiones con la grada visitante, en la que había un grupo reducido de aficionados desplazados, fue uno de los primeros síntomas de que algo está pasando. Raíllo, Samu Costa, Mascarell o Dani Rodríguez dialogaron con ellos... y todo acabó con Dani denunciando en zona mixta que le habían amenazado de muerte. Una imagen extraña y poco habitual, sobre todo cuando el equipo se estaba jugando Europa.
La gota que colmó el vaso pasó ante el Getafe. El conflicto de Maffeo y los gestos que hizo Larin empañaron un final de temporada en las gradas en el que se ha notado que los nervios han ido subiendo conforme se iba acabando el curso. El “Larin vete ya” o los insultos que recibió el lateral no es lo habitual en Son Moix. Lo del canadiense parece visto para sentencia y habrá que ver qué ocurre con Maffeo. Al delantero le abucheó gran parte del estadio mientras que al defensa catalán sólo la grada de animación.
Lo de Larin viene de lejos. A nivel deportivo no se le perdona sus conductas para nada profesionales ‘poniendo de su parte’ para no estar en Mestalla o Las Palmas después de volver con Canadá y apreciar en las sesiones previas que sería suplente. Esto no gustó a nadie en Son Bibiloni, pero se lesionó Muriqi y tuvo que seguir jugando.
Mala segunda vuelta
Los 30 puntos de la primera vuelta invitaban a pensar en un Mallorca que podía luchar por algo más. Realmente, no se les pedía más que la permanencia, pero la sensación de temporada acabada antes de tiempo y de apatía es lo que ha cabreado a los aficionados. Al final ha sido un cóctel de lo deportivo con lo social por las decisiones de la entidad.
Y todo ha acabado en un ambiente tóxico al que poner solución cuanto antes para no entrar en ‘autodestrucción’, como dijo Arrasate. Los 17 puntos de la segunda vuelta y otras situaciones que han ido sucediendo dejan claro que debe haber cambios en la plantilla. Y Arrasate lo ha manifestado con hechos. Sólo hace falta leer entre líneas, y seguramente Pablo Ortells (Director de Fútbol) ya lo ha hecho.
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