diego Martínez se ha quedado sin argumentos. Su forma de entender el fútbol, lejos de dar resultados, despierta silbidos. Su crédito se ha agotado y solo sigue en el cargo porque un despido a estas alturas no soluciona nada. También se ha quedado sin argumentos verbales. Tras el partido se levantó de la sala de prensa dejando a los periodistas con la palabra en la boca. Se relación con la prensa nunca ha sido buena. En sus comparecencias públicas siempre ha serpenteado la realidad de un equipo que solo ha ganado dos partidos desde enero.
Pero la afición y la prensa no son los únicos que no entienden a Martínez. Esa 'gente del fútbol' que el propio entrenador ha mentado en más de una ocasión, no llega a comprender por qué el equipo salió contemplativo a un partido en el que se jugaba la vida. Sin intensidad, sin propuesta de fútbol y sin ritmo, Las Palmas repitió la estrategia de dejar que pase el tiempo y ponerse las pilas a falta de 10 minutos. Un plan que funcionó ante el Atlético, en parte porque Horkas hizo el partido de su vida. Pero no suele ser buen negocio cubrirse la cara durante todo el combate y esperar a escuchar la campana para soltar un derechazo.
Las Palmas tenía en su mano su destino, pero lo ha desaprovechado mirando como caen las hojas del calendario. Realmente Martínez nunca ha tenido otro guion. La segunda vuelta de su equipo ha sido un esperpento. Pensar en el milagro no es realista, aunque es lo único a lo que se aferran en la isla. Sobre todo, porque Las Palmas no es un equipo fiable. Durante muchas semanas se ha mirado más a otros equipos que al propio, para convencerse de que había posibilidades.
El Sevilla le da otra oportunidad
La derrota del Sevilla en Vigo mantiene la esperanza en la isla, pero como dijo Manu Fuster tras la derrota ante el Valencia, "las matemáticas no sirven si no ganas partidos". Las Palmas visita el martes el Pizjuán y una victoria, además de los tres puntos, le daría el golaveraje particular: "No estamos muertos", es el mensaje lanzado por la plantilla y que verbalizó Moleiro tras la derrota ante el Rayo.
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