El Barcelona volvió a ganar al Real Madriden un partido que evidenció, si es que hacía falta, que o el conjunto madridista cambia algo en su sección femenina o la historia jamás cambiará.
Dos años sin meter un gol al Barça
Ese es el tiempo que llevan las blancas sin hacer un gol a las azulgranas. No digo competir, no digo ganar, no digo empatar, digo sin meter un gol. El año pasado, el parcial fue de 12-0. Este, la cosa va por 9-0 y todavía quedan partidos. Una cosa incomprensible.
Del palco al verde
Las gestiones en el palco influyen de manera decisiva en el verde y el ejemplo que se da también. Laporta amaneció en Madrid vio a su equipo ganar una Supercopa de España y luego se fue a Montjuic a apoyar al masculino. Del Real Madrid acudió una representación pero no el presidente que podría haberse perdido el primer título de la historia de su sección femenina. El palco no juega pero ayuda y mucho.
La misma historia de siempre
Y del palco al banco. Pasan los clásicos y Toril no da con la tecla. La verdad que cuesta un poco entender que la banda más fuerte del Barcelona ocupada por Graham, Ona Batlle y la caída de Aitana Bonmatí en ese flanco, sea defendida por Olga Carmona y su ayuda sea una delantera como Alba Redondo. Por ahí vinieron los dos primeros goles. Si a eso le sumas, las declaraciones de la previa, suspenso muy claro.
Una portería maldita
Dicho sea de paso, el primer gol fue tras un rebote. No digo que no fuera merecido, pero otra vez, la portería sur del estadio de Butarque le volvió a jugar una mala pasada a las blancas. Es la portería del gol de Banini, la de la tanda contra el Atlético y en la que el año pasado el Barça le hizo tres goles. A partir de ahí, cuesta abajo.
Es un placer ver jugar al Barcelona
Da gusto. Si tú le enseñas a una persona que no ha visto nunca un partido de fútbol femenino un encuentro del Barcelona, alucina. Lo hago yo y las veo semana tras semana… Es increíble ver cómo Patri abarca campo, cómo Aitana conduce con la cabeza levantada o cómo regatea Graham. Una cosa bárbara y un deleite para cualquiera que le guste el fútbol.
La pieza que faltaba
Quizá al Barcelona le faltaba una pieza para tener un ensamblaje perfecto. Era una delantera un poco más fija para poder hacer goles con algo más de autonomía. Pajor ha aportado todo eso y ha convertido al equipo en algo increíblemente perfecto. Dos goles más en dos registros diferentes.
Qué contraste de hambre
Mientras que el Barcelona siempre quiere más, el Real Madrid entregó pronto la cuchara. Con 3-0 en el marcador, el equipo culé quiso más y atacó sin dudarlo castigando de manera deliberada la banda izquierda de las de Toril. El resultado, pues eso, la enésima goleada culé a las blancas.
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