- Federación Española Fútbol. Más 'rubialistas' que Rubiales
- Fútbol Femenino. ¿Cómo tiene que ser la víctima ‘perfecta’?
La sentencia condenatoria por agresión sexual a Luis Rubiales, ex presidente de la RFEF, tras el beso no consentido a Jennifer Hemoso marca un antes y un después.
Supone un cambio de paradigma en una sociedad como la española que ha evolucionado en igualdad entre hombres y mujeres en innumerables aspectos, pero que aún mantiene retazos y secuelas de un patriarcado paternalista en actitudes, conductas y gestos que hace sólo unos años 'se aceptaban' porque "hombre, exagerada, no es para tanto".
Pues sí lo es. Y lo era. Pero nos callábamos porque teníamos la sensación de luchar contracorriente. Porque suponía alzar la voz solas sabiendo que habría críticas y juicios de valor que pondrían en duda lo que sentíamos, por más que ese gesto, esa actitud o esa conducta machista en muchos ámbitos -desde la calle al laboral o el lúdico- nos hubiera intimidado, molestado o apocado.
Ese es precisamente el precedente que establece una sentencia condenatoria como la de Rubiales, más allá de la pena, que ha sido la mínima: una multa, sin cárcel. Así lo ha decidido un juez que, por cierto, ha valorado que "no se prevalece de su condición, ni de una relación de superioridad con respecto a la víctima", cuando era el jefe en el organigrama de una federación bajo cuyo paraguas se encontraba la jugadora, y que ha considerado que "no puede obviarse que la agresión sexual de que es objeto la mujer (...) carece de virtualidad para anular la alegría en la mujer del éxito que acaba de conseguir y que quiere y desea celebrar a toda costa con todas sus compañeras". De nuevo, la reacción de la víctima ¿perfecta? como una de las razones para valorar o determinar la gravedad del delito.
En cualquier caso, se acabó. Aunque "sólo fuera un 'piquito'", como aún alegan y defienden muchos, lo fue sin consentimiento
En cualquier caso, se acabó. Aunque "sólo fuera un 'piquito'", como aún alegan y defienden muchos, lo fue sin consentimiento y causó malestar, desaprobación y disgusto a Jennifer Hermoso, en un "acto reprobable", como recoge el fallo, y constitutivo de delito. Una sentencia con la sociedad gana, sobre todo los hombres y mujeres feministas.
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