Un hombre de paz para tiempos de guerra. Una buena idea para una mala decisión. Porque la Comisión de la Supervisión, Normalización y Representación es un denominación muy larga para una función muy corta.
Se podían ahorrar nombramientos y reuniones, dejar al único seleccionador español con un Mundial que medie si hay conflicto. Que le ponga mesura y sensatez a una Federación muy desgastada desde hace décadas y a un CSD, ingobernable con cinco secretarios de Estado en cinco años. Una pasada .
El actual, Rodríguez Uribes, que fue ministro, y que tenía la competencia de frenar los desmanes de Rubiales y miró para otro lado. Ni María José Rienda, ni Irene Lozano, ni Franco sin S, ni Francos con S (éste un poco más) quisieron pisar el callo del presidente de la Federación.
Tenían razones para ello y ahora que no encuentra argumentos mueven ficha.
Es verdad que en el anhelo de Pedro Sánchez estaba convencer a Vicente del Bosque para esa figura máxima del deporte español. Lo intentó cada vez que le fue posible y ahora el Gobierno acoge con alegría como la ministra Pilar Alegría que anunció el fichaje de Vicente como el Kofi Annan del fútbol español.
Su primer movimiento debería ser calmar a FIFA y UEFA, que están hasta los balones de no tener tranquilidad en el principal organizador del Mundial de 2030.
Las elecciones definitivas a la Federación serán en noviembre, no estaría mal que Rocha y Del Bosque, dos hombres de paz y de consenso, estuvieran hasta que las urnas decidan el periodo 2024-2028. Le hace falta al fútbol, a nuestro país, a la sociedad en general.
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