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Segundo acto del juicio a Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso. El tono de algunas de las declaraciones y preguntas no gustaron al magistrado José Manuel Fernández-Prieto, que interrumpió en bastantes ocasiones, interpelando tanto a testigos como al ministerio público, fiscalía o a los abogados de los acusados. Tanto que hasta llamó la atención: "Aquí no se iten chulerías", tras diferentes interpelaciones de algunos de los testigos y como decían en la sala, mucho ha aguantado ante la actitud de algunos de los testigos.
El primero en prestar declaración fue Miguel García Caba, abogado de la Federación y que fue el encargado de elaborar el informe de todo lo sucedido alrededor de lo sucedido después de la final. "El secretario general es el que me encarga realizarlo. Yo solo estuve en la final e iba en una de las últimas filas del avión". Caba, actualmente profesor universitario y alejado del mundo del fútbol, supo llevar las preguntas que recibió, la mayoría de ellas alrededor del cómo se hizo el informe.
El secretario general es el que me encarga realizarlo. Yo solo estuve en la final e iba en una de las últimas filas del avión
El siguiente en pasar por el tribunal fue Pablo García Cuervo, por entonces director de comunicación de la Federación y ahora en otro tipo de trabajo relacionado con el mundo del fútbol. Mucha más tensión entre preguntas y respuestas que la vivida con García Caba, la mayoría de ellas alrededor del cómo se produjeron las diferentes comunicaciones, primero de Jenni Hermoso y después de Luis Rubiales, tanto en el autobús, como el comunicado que se preparó en el avión y que se grabó en Doha.
Las diferencias entre Cuervo y tanto la acusación como la defensa, llevaron al juez a llamar la atención por la insistencia de algunas preguntas y, en especial, por algunas respuestas que llegaron a poner en duda la preparación del caso por parte de los abogados de la acusación, algo que motivó que el juez llamara la atención. Hasta en siete ocasiones intervino.
Enrique Yunta fue el siguiente en pasar. Tono tranquilo, más relajado en preguntas y respuestas. Ausente en el Mundial, las preguntas fueron alrededor de los días después, ya en Madrid.
Luis de la Fuente acudió en cuarto lugar. Presente en Sidney, confesó estar al margen de todo lo sucedido en la final y en el viaje de regreso, así como su presencia en la Ciudad del Fútbol los días siguientes, asamblea extraordinaria incluida. El juez, que le recordó a De la Fuente que tenía que responder y no cuestionar las preguntas, rechazó la pregunta referida a si apoyó públicamente la continuidad del presidente. "Se está liando una gorda con el tema del beso", dijo el seleccionador tras reconocer que hasta al llegar a Madrid no fue consciente de lo que estaba pasando.
Tras veinte minutos de preguntas, el juez llamó la atención ante lo que consideraba reiteración de las mismas. "Nos hemos empeñado en querer demostrar que el seleccionador es un mentiroso".
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