Es toda una tradición y ni la lluvia y el frío pueden con ella. Los aficicionados madridistas, especialmente los más jóvenes, volvieron a concentrarse en la Plaza de los Sagrados Corazones para recibir con pasión al autocar del equipo y dar un subidón de motivación a sus jugadores.
Son apenas 150 metros, pero el humo, la luz de las bengalas, el ruido, los cánticos... generan un ambiente eléctrico que contagia a los futbolistas 90 minutos antes del pitido inicial. Las grandes noches europeas en el Bernabéu iluminan la ciudad y la de este martes no fue menos de cara a un derbi europeo que no se repetía desde 2017.
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