Si servidor de ustedes apostara dinero a algo, más allá de la obligatoria Lotería de Navidad o a algún Euromillones, lo haría a favor de que Dani Olmo acabará la temporada jugando en el F.C. Barcelona. Y también Pau Víctor, por supuesto.
Y no por derecho o normativas, sino por esa base del negocio que cantaba Loquillo. El espectáculo del fútbol profesional español y todo lo que ello conlleva está basado en el Real Madrid y el F.C. Barcelona y la competición entre clubes, y aún el resto de clubes, es ria. Y por tanto la estructura básica lo pasaría bastante mal si uno de los dos pilares sufriera demasiado daño.
Ambos clubes han gozado históricamente de manga ancha en sus acciones y en el caso culé lo tenemos presente en casos como los indultos recibidos por cosas como no presentarse a partidos, aunque fueran unas semifinales de Copa, o incidentes en su campo –no olvidemos tampoco que los insultos racistas del Bernabéu siguen en una nebulosa a diferencia de las acciones fulminantes en otras ubicaciones– o ese ‘caso Negreira’ que si tiene alguna consecuencia será civil, vía tribunales, o internacional vía UEFA/FIFA.
Tampoco es que hasta ahora la cosa haya ido mal. Otros clubes han gozado también de similares prerrogativas cuando ha hecho falta de verdad -ahí tenemos los ejemplos de Sevilla y Celta y aquella Liga de 22 que duró dos temporadas- y quizá sea por ese 'reparto' que nadie protesta demasiado, al menos en público, hay el reparto de dinero televisivo que hay...
Pero reparemos en que, de todos modos, este 'caso' es menor: se trata de solamente dos jugadores y recuerden que Di Stefano ya decía que ninguno cuenta tanto como los otros diez juntos y si los dividimos entre 30 de plantilla, menos. Con otros clubes de menos peso ya se hizo cumplir la norma y tampoco se han hundido
Que igual me equivoco y esta vez no hay manera de arreglarlo. Igual quien tiene que tomar la decisión entiende que esta vez habría que retorcer demasiado las normas (ya saben que si a las normas e incluso a los números se les retuerce los suficiente acaban diciendo lo que se quiera) y quedaría él peor que otros. Pero mi error sería el natural ante un hecho desusado, muy desusado...
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