No podía ser otro el que pusiera la guinda a LaLiga

La temporada que se ha marcado Lamine Yamal ha sido estratosférica. Desde el primer día hasta el último. Ha sido su Liga y no podía ser otro el que pusiera la guinda a este campeonato. Se tomó el partido bien en serio. A pesar de que en la primera parte el Barcelona no anduvo fino en ataque, Lamine siempre fue el más incisivo buscando, aunque sin éxito, la portería rival.

Lo mejor se lo había guardado para la segunda mitad. Hizo una de las suyas. Es decir, coger el balón en banda derecha, irse hacia el centro regateando a los rivales y una vez centrado meter ese chut de rosca marca de la casa. Y el balón no fue a cualquier sitio. Se metió por la misma escuadra haciendo inútil la gran estirada de Joan García. Los adjetivos empiezan a faltar para calificar lo que hace Lamine en cada partido. Es siempre decisivo y en la mayoría de los casos en los partidos trascendentales como fue el caso de ayer que daba una Liga. Esta vez, además del gol, consiguió que expulsaran a Cabrera y dio la asistencia a Fermín en el segundo. Ahí se acabó el partido.

Manolo González y sus muchachos trabajaron muy fuerte durante estos días cómo atacar a la defensa del Barcelona especialista en provocar el fuera de juego en los rivales. Y lo trabajaron a fondo. En la primera parte solamente cayeron en una ocasión en fuera de juego y supieron romper en varias ocasiones la línea defensiva azulgrana, pero les faltó puntería para aprovechar las ocasiones. Con Balde y Cubarsí la situación cambió en la reanudación.

El atropello masivo que se produjo en las inmediaciones del estadio poco antes del comienzo del partido fue lamentable. Hubo varios heridos aunque, por fortuna, ninguno grave. Se produjo confusión en el estadio y algunos aficionados abandonaron la grada. Después de que se anunciara por megafonía que que no había heridos de importancia todo volvió a su cauce.

Volvió Lewandowski. Y otro partido sin marcar un gol. Al polaco se le está escapando el Pichichi. Salió lanzado desde el principio de temporada y su distancia parecía insalvable. Pero esto ha cambiado. Su lesión ha provocado que se pierda unos partidos que ha aprovechado Mbappé para dar la vuelta a la situación. Son tres goles de ventaja que ya parecen muchos cuando solamente faltan dos partidos.

No estaba fino en los últimos partidos. De hecho, el equipo azulgrana había encajado muchos goles. Y alguno de ellos por responsabilidad directa de Szczesny. Pero en Cornellá se volvió a ver la mejor versión del polaco. Tuvo dos acciones fundamentales, una en cada periodo con paradas claves frente a Puado y Roberto. Sin esas dos intervenciones, el partido habría sido otro.