La desafiante Stelvio de Bormio volvía a retar a los velocistas, esta vez con el tercer Supergigante de los ocho de la temporada. Aún con el impacto de la brutal caída de Sarrazin el viernes, la espectacular mañana lombarda nacía con la sorpresa de la victoria en el Descenso de la última perla del imponente equipo suizo: Alexis Monney. Y, como en el Descenso, Bormio coronó a un nuevo ganador en Copa del Mundo, el noruego Fredrick Moeller. Segundo fue el austriaco Vincent Kriechmayr. La tercera plaza fue para un otra vez brutal Monney (dorsal 27), que alargar así hasta 18 los Supergigantes con suizos entre los tres primeros. No fallan desde el de Kvitfjell del 6 de marzo de 2022. Y cada carrera que pasa, Suiza demuestra que la distancia con el resto es abismal. A falta de 48 pruebas es imposible pensar que la Copa de las Naciones no volverá a ser suya. La victoria no fue suya, pero de los seis primeros, cuatro eran suizos.
Un suizo, Gino Caviezel, fue quien abrió el baile. Y fue para encoger el corazón con una caída muy fea que le hizo rodar por todo el salto de San Pietro. El daño en su pierna derecha quedó claro desde el primer momento. Hubo que detener la carrera y que apareciera el helicóptero para evacuar al esquiador de Tomils.
Después de más de veinte minutos con el S-G interrumpida y los esquiadores activándose unos y otros viendo en los teléfonos la caída de Gino, fue el austriaco Daniel Hemetsberger quien se lanzó en busca de la meta. Tras un notable Descenso ayer, el de Vöcklabruck detuvo el reloj en 1.29.88. Esa era la primera referencia.
Con la Stelvio, como siempre exigente con sus cambios de nieve, de luz y de terreno, el noruego Fredrick Moeller rebajó de manera notable el tiempo de Hemetsberger: -0.66. Su gran tramo final tenía premio. Su bajada cobró valor al ver que uno de los grandes de la especialidad, Kriechmayr, no podía con él. Por poco (+0.20), pero no le dio al austriaco para asaltar la primera plaza.
Con el noruego sentado en el sillón de líder, apareció en escena Súper Marco Odermatt. El mejor en cada una de las especialidades en las que compite y ganador del globo de S-G en las dos últimas temporadas, el suizo buscaba repetir sus victorias en 2022 y 2023. Con problemas serios en la parte alta, su esfuerzo final no le dio para entrar siquiera entre los tres primeros. El fin de semana en Bormio se cerraba con dos carreras de Odermatt lejos de los mejores.
La cara de ganador de Fredrick Moeller se convirtió en algo más que una posibilidad cuando Mattia Casse ni se acercó. Tras sus cuartos puestos en Val Gardena y Beaver Creek, el noruego intuía la victoria en Bormio. Pero lo vivido ayer con Monney llamaba a la cautela. La bajada del gran ídolo italiano, Dominik Paris, no estuvo esta vez a la altura de su leyenda en la Stelvio: seis Descensos ganados y un Súper. Pero daba igual, porque Paris es leyenda de esa pista y de su deporte.
Con Dome ya en la meta, se entraba en el terreno de las sorpresas, de corredores capaces de repetir lo realizado por Monney en el Descenso. Pero fueron pasando esquiadores y la posición de Fredrick Moeller fue intocable. Con su estreno en la lista de ganadores, el noruego se coloca segundo en la clasificación del Supergigante con 200 puntos, sólo cinco menos que Odermatt. El tercero es Kriechmayr, a 62 de Marco. La General es también para Odematt (630 puntos), y aquí si abre hueco con Kristoffersen (469) y McGrath (382). Los dos noruegos no bajan en pruebas de velocidad.
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