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Las bajas temperaturas están invadiendo la península, y ese 70% de coches que en España se calcula que duermen en la calle comienza a sufrir las consecuencias de un tiempo tan adverso. De hecho, si hay una época en la que tenemos más riesgo de que el coche nos deje tirado, o al menos de que nos dé problemas, es en invierno. Cierto es que en esta época nuestro coche acusa mucho menos las consecuencias de un radiador sucio, tiene menos peligro de sobre calentamiento y será más difícil que acabe con la junta de la culata quemada. Pero el frío no se lleva nada bien a todo lo que sean gomas y tampoco le hace un favor ni al sistema eléctrico ni al de refrigeración.
Por ello, te proponemos cinco puntos que deberías revisar al menos una vez cada 15 días y para cuya comprobación solo necesitarás cinco minutos. Podríamos darte más, pero creemos que son los más importantes y si conviertes su examen en rutina tendrás mucho menos riesgo de quedarte tirado.
Sin rastro de anticongelante
Sobra decir lo importante que es este líquido para el motor, que evita que en invierno se congele el circuito de refrigeración provocando una rotura del bloque (lo que supondría tener que tirar el motor a la 'basura'). No obstante, el llamado anticongelante también es refrigerante, porque logra que en caso de calentamiento la temperatura de ebullición sea superior a la del simple agua.
Por eso, su cuidado es en realidad tan importante en invierno como en verano. Bastaría con que una vez cada dos semanas nos asomemos por debajo del motor buscando el rastro de algún goteo verdoso, azulado o rosado, que son los colores que suele tener este líquido. Después de ello debemos abrir el capó y comprobar que no hay ningún tipo de mancha húmeda alrededor de la botella o en los conductos que salen de esta, y por último comprobar que el nivel de relleno es el adecuado.
Oído al motor de arranque
La batería suele perder su capacidad tan poco a poco, que muchas veces no somos conscientes de que el motor de arranque gira mucho más despacio que cuando compramos el coche. No obstante, es muy conveniente que de vez en cuando pongamos atención la atención en ello, sobre todo si la batería tiene ya unos cinco años.
Y, por lo que toca a su testigo, si se queda encendido significa que la batería no está cargando. Es decir, que podríamos seguir conduciendo el coche sin problemas pero cuando después lo fuéramos a arrancar podría no 'querer' hacerlo. En este caso, un viejo truco consiste en detenernos junto a un taller y apagar el motor. Si el coche enciende y el testigo se apaga todo ha sido un fallo sin mayor importancia (hoy día estos fallos son por desgracia habituales). Pero si es cierto que la batería no ha cargado, al menos tendremos el coche en el lugar más conveniente para que nos lo solucionen.
Revisar las luces
Las luces no suelen acusar el problema del frío. Su problema en estas fechas consiste en que los faros acumulan rastros de agua sucia que salpican otros coches y poco a poco se van ensuciando más y más, haciendo que la visibilidad que nos ofrecen sea cada vez peor. Para este tipo de situaciones, pasarles una toallita húmeda es la solución más rápida.
Limpiaparabrisas sin grietas
El problema de los limpiaparabrisas es que tal vez no los hemos empleado desde hace meses y puede que las gomas presenten ahora pequeñas grietas. Esto se traduce en que cada vez que ponemos el limpia van a quedar unas rayas sin barrer, que nos van a estar 'incordiando' porque aparecen siempre en nuestro ángulo de visión.
Neumáticos en buen estado
Comprobar hoy la presión de los neumáticos es muy sencillo en los coches más modernos: en el peor de los casos nos avisan de si algún neumático tiene menos presión de la adecuada, y en el mejor tenemos una visión exacta de los bares de presión que llevamos en cada neumático. Sin embargo, y en este último caso, debemos acordarnos de buscar esta información en el cuadro de relojes (o la pantalla central) de vez en cuando, porque muchos lo configuran dejando a la vista el ordenador de viaje y ya nunca o casi nunca lo cambian.
Si nuestro coche no tiene este tipo de avisos, una vez cada 15 días nos tocaría bajar y comprobar las presiones, además de que los neumáticos no tienen grietas ni daños (un abultamiento, un picotazo que ha levatado la goma, un desgaste irregular o severo...).
Junto a ello, no está de más que te acuerdes de dos simples consejos más, al menos cuando vayas a hacer un largo viaje en estas fechas: lleva el depósito lleno, por si te quedas tirado y necesitas la calefacción, y acuérdate de echar una manta en el maletero.
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